Las universidades del país están obligadas a adecuarse a los cambios que ha tenido el mercado laboral. No deben concentrarse en seguir formando recursos humanos mirando el mercado laboral sino desarrollando profesionales con la intención de que sean individuos capaces de crear nuevas ofertas de trabajo y no de ir a ocupar plazas de empleos.

La apreciación es del presidente de la Asociación Nacional de Rectores de Universidades  (ADRU), Julio Amado Castaños Guzmán,  al presentar la visión de los académicos respecto a la realidad que enfrentan los  profesionales en el mercado laboral.

Dice que el país tiene un mercado laboral muy errático, dividido en lo público y en lo privado. El primero con plazas de trabajo en su mayoría con un anclaje político que hace difícil a las universidades definir el perfil, y el segundo  de poco crecimiento, fijo y concentrado en una demanda muy diversa.

Ante los cambios del mercado laboral y por el tipo de la  economía dominicana, de servicios, Castaños Guzmán plantea que las universidades   fomenten el emprendurismo, que no es más que lo que llevan los seres humanos en su interior, de llevar sus ideas a la acción.  Las academias deben enseñar a los estudiantes a tener sentido crítico, capacidad innovadora y creativa para poder generar nuevos negocios, nuevas oportunidades para la creación de riquezas. Esto puede ocurrir en cualquiera de las carreras. Ese debe ser el eje fundamental que debe prevalecer en la educación superior de hoy en día.

El emprendurismo.  Precisamente,  la ministra de Educación Superior Ciencia y Tecnología, Ligia Amada Melo de Cardona, en la presentación del informe general sobre estadísticas de educación superior 2006-2009  precisa que durante los años 2008 y 2009 la institución que dirige dio un decidido impulso a la promoción en las universidades del Programa de Emprendurismo, en una concepción de estimular aprendizajes permanentes de adaptación al cambiante mercado laboral y de promover, igualmente, en  la formación inicial “la adquisición de competencias transversales y competencias como la capacidad de análisis, autogestión y las capacidades empresariales. “Debemos formar estudiantes con la flexibilidad intrínseca para que sean capaces de adaptarse a múltiples situaciones durante los 20 ó 30 años de vida laboral, después de graduados”, precisa.

 Mano de obra calificada.  Castaños Guzmán considera que las universidades están empezando a ser medidas por la potencialidad de sus egresados para generar nuevas riquezas. Aboga por la formación de profesionales calificados. 

El también rector de la Universidad Iberoamericana cuestiona la falta de calidad en la educación superior. “En el país no hacen falta más abogados ni contables. Según data de la Suprema Corte de Justicia más del 75% de los abogados no son capaces de subir a un estrado. Es el caso de los tantos médicos que tiene el país, hay que ver su calidad”. Cree que entre otras causas la alta tasa de mortalidad materno infantil en el país se debe   a la falta de recurso humano calificado”.

Una Alianza.  Cree necesario que las  universidades, el empresariado y el Estado  estén matrimoniados para la formación de los recursos humanos que necesita el país. Dice que la academia es fundamental en la estrategia nacional de Desarrollo.   

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Más coordinación

Para Ángel Hernández, ex presidente de ADRU, hace falta  una coordinación mayor entre el Ministerio de Planificación, las políticas públicas   y las universidades para que haya un indicativo de cuales recursos humanos son los que el país necesita  en los próximos años. Las universidades por sus propios méritos están desarrollando nuevas carreras en función de lo que perciben son   las tendencias del mercado.