Universidades tratan mal a los profesores

<p>Universidades tratan mal a los profesores</p>

Por MARIEN ARISTY C.
Los bajos salarios, la vulnerabilidad social y profesional, el pluriempleo, la inseguridad social, la inestabilidad laboral, la ausencia de programas de pensión y retiro, las violaciones recurrentes a la ley laboral y las cargas académicas exageradas son los flancos débiles de los docentes en las universidades, según el informe «Situación y perspectivas del Profesorado en la Educación Superior de la República Dominicana». Pero en este documento también se resalta que las universidades y el Estado deben crear mecanismos de seguridad para la protección de sus docentes, ya que el mismo está a merced de la galopante delincuencia que rodea el entorno universitario nacional.

«Urge plantearse alternativas para la solución del problema de la inseguridad laboral, ya que el profesional debe laborar con una estabilidad adecuada para así producir o contribuir con los cambios que demanda la educación». Y continúa: «cabe destacar que el maestro universitario ha sido víctima de violación a su integridad física, a través del tiempo, en el ejercicio de su labor en la Nación, con una secuela de impunidad lamentable»

PARA MEJORAR LA EDUCACION
En este documento, que surge a raíz de las mesas de trabajo que la Secretaría de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (SEESCYT) organizó con motivo del Foro Presidencial por la Excelencia de la Educación Dominicana, se establece que la vida académica está severamente afectada por las condiciones económicas y socio-políticas que impactan profundamente en las condiciones de vida de los docentes.

Este impacto, a su vez, influye en las prácticas de investigación y en la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje puesto que los docentes son los que mantienen el control de la formación académica de los profesionales y técnicos.

«Formar el capital humano competente para afrontar los retos actuales, requiere transformar de forma radical las condiciones sociales, económicas y académicas bajo las cuales los docentes desempeñan su quehacer educativo», apunta el estudio.

Pasando al contexto latinoamericano, el texto cita uno estudio realizado por Juan Carlos Tesdesco y José Joaquín Brunner, quienes indican que en la profesión docente están sobre representadas las personas contratadas por tiempo parcial y generalmente se desempeñan en ambientes institucionales que ofrecen pocas oportunidades de mejoramiento profesional.

La situación es tal que existe una corriente que tiende a minimizar el papel docente en todos los niveles de la educación y mucho más en el nivel de la educación superior. Es por ese motivo que este enfoque también se establece que el docente no es el culpable del problema de la formación, como lo visualiza la educación tradicional. Pero el docente, para quienes siguen la corriente, tampoco es la víctima del sistema, tal como lo entienden los críticos: simplemente no es importantizado, no como se como se valoran las computadoras, los libros, los materiales audiovisuales, las tecnologías u otros materiales.

LA UASD: UNA SITUACION UNICA
La Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) se rige bajo normas y mecanismos muy distintos a los de las demás universidades. La mejor muestra es la del reclutamiento del personal: mientras la UASD lo hace por concurso de oposición, las demás instituciones de educación superior recurren a la recomendación y el estudio de credenciales.

Pero no sólo el ingreso hace que los profesores de la UASD sean distintos: disfrutan de condiciones favorables casi exclusivas en el sistema nacional de educación superior, tales como el ascenso de categoría en el plazo establecido, el pago de su salario durante todo el año, el pago de viáticos, transporte, club de profesores, cooperativa, seguro médico y de vida, así como un triple sueldo en navidad, entre otros beneficios.

En cuanto al criterio determinante de formación, la UASD sigue dando prioridad a la antigüedad cuando se trata de pago de incentivos. «La formación académica no ha sido aún tomada en cuenta para el pago de incentivos a los profesores. Aunque ya se reconoce el doctorado para un incentivo mínimo».

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