La XXXIX Pasarela Cibeles de Madrid concluyó ayer lunes con gran éxito, luego de presentar en 22 desfiles las propuestas para el próximo otoño invierno de los 26 modistos más destacados de España.

David Delfín y José Miró fueron los encargados de la inauguración, en una jornada dedicada a los jóvenes diseñadores y en la que se pudieron apreciar algunas tendencias para la próxima temporada, como el negro, los pantalones pitillo y las faldas de amplios volúmenes.

El adjetivo “joven” contrasta, en su mayoría y con excepciones como la de Roberto Diz, con las propuestas presentadas por estos creadores, en las que domina la sastrería clásica y escasos riesgos.

El negro, de nuevo, será la estrella del próximo otoño invierno, como se apreció en los desfiles de John de Maya, Juanjo Oliva y, especialmente, en el de Roberto Diz que, con un montaje diferente y trabajado, recreó en la pasarela escenas del cine negro americano de los años 30.

Antonio Alvarado presentó “Excuse me”, colección inspirada “en la ropa que hace falta, en una forma de vida, huyendo de lo superfluo y exhibicionista. Estoy harto de eso”, afirmó el diseñador muy satisfecho de volver a Cibeles.

Paralelamente al desarrollo de los desfiles, más de 950 empresas y 1.450 firmas y marcas se dieron cita en la 51 edición de la Semana Internacional de la Moda de Madrid (SIMM), una feria profesional que se presenta como un escaparate privilegiado con una oferta global de moda, donde caben todos los estilos.

El carácter internacional de la SIMM se sustenta en la importante presencia de firmas extranjeras participantes, concretamente 434, procedentes de 37 países.

Entre los estados con mayor representación, por detrás de España, figuran Italia, Francia, Alemania, Reino Unido y Dinamarca, seguidos de Portugal, Países Bajos y EE UU.