Uno de dos errores de interpretación del Informe PNUD

Uno de dos errores de interpretación del Informe PNUD

RAMON TEJADA HOLGUIN
El rico debate que el Informe de Desarrollo Humano del 2008 ha estimulado, puede ser una oportunidad para la construcción de estrategias que permitan mejorar la calidad de la democracia dominicana, tanto en lo social como en lo político. Para eso hay que enfrentar dos errores, que en su lectura muchos comentaristas y comunicadores están cometiendo.

El primero es pensar que el Informe se refiere a la coyuntura actual y no a procesos estructurales de la nación. Como si fuera el instrumento de crítica al actual gobierno. El segundo es creer que el Informe plantea que los partidos políticos dominicanos son la suma de todos los males, mientras que la sociedad civil es la suma de todas las virtudes. En esta entrega veremos el primer error.

El Informe de Desarrollo Humano del 2008, no puede ser leído con ojos de coyuntura, como si hablara sólo del actual  gobierno y de su partido.

En primer lugar, gran parte de las informaciones que se manejan en el Informe provienen de series de tiempo que abarcan varios periodos gubernamentales, y en algunos casos, los datos fueron producidos por encuestas o  informaciones que llegan hasta el 2006, datos e informaciones que no hablan sólo de la coyuntura actual.

El indicador de clientelismo, por ejemplo, se elaboró  en función de la encuesta Demos del 2004 (página 73).  Otra información profusamente reseñada es que el 57%  de la ciudadanía “se irían del país a trabajar y a vivir si tuvieran la oportunidad”, este dato se tomó de una encuesta Gallup-Hoy, publicada el 26 de agosto del 2007. En todas las encuestas que, desde los 80 han hecho esta pregunta, el porcentaje que se desea “irse del país si tuviera la oportunidad” ha sido  alto.

En segundo lugar, para el Informe el clientelismo y su impacto negativo en la construcción de la democracia constituyen condiciones “estructurales” de la sociedad, en la que se ven involucradas organizaciones civiles y partidos de toda la historia dominicana.

En efecto, en el Capítulo II se relaciona el desarrollo del individualismo egoísta con tres ideas de vieja data: 1) el pesimismo dominicano de José Ramón López y Peña Batlle; 2) el complejo del gancho de Antonio Zaglul, y 3) el texto de Galíndez sobre el trujillismo, quien sostiene que Trujillo provocó cierta esquizofrenia, ya que inculcó que no se podía siquiera trabajar sin expresar una adhesión clara al régimen, enterrando toda oposición en lo profundo del subconsciente.

Es decir, construir capital social en Dominicana implica enfrentar los rasgos culturales y las tradiciones que bloquean la acción colectiva. Lo cual debe realizarse desde todas las instancias estatales y societales. Todos somos víctimas y victimarios. Un diagnóstico correcto de la enfermedad puede ayudar a curarla. Tanto los sectores gubernamentales, como la oposición y el liderazgo de la sociedad civil deben tratar de hacer una lectura libre de pasiones y de “coyunturalismo”. El Informe del Desarrollo Humano 2008 contiene sugerencias y opciones que no merecen ser evaluadas y estudiadas desde una óptica sectaria o reduccionista.

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