POR JUAN M. RAMIREZ
Alrededor de 25,000 dominicanos trataron de salir en yolas este año desde el país, principalmente hacia Puerto Rico, por lo que pagaron entre RD$750 y RD$800 millones a bandas de traficantes de viajes ilegales que los amontonaron en frágiles embarcaciones con la falsa promesa de que al otro lado del mar conseguirían el sueño de una vida mejor.

Los dominicanos que se aventuraron a cruzar el Mar Caribe, pagaron entre RD$35,000 y RD$50,000, pero en el caso de extranjeros que previamente vinieron al país con ese fin, el costo se multiplicó, pues en los casos de cubanos y chinos pagaron hasta RD$150,000 por las travesías.

Con tantos recursos acumulados, los traficantes de seres humanos han obtenido poder económico para sobornar y burlar vigilancia, así como para salir airosos en los tribunales cuando son apresados y sometidos.

La mayoría de estos dominicanos aventureros no se enteraron de las proyecciones del Banco Central y de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL)  sobre un crecimiento económico para este año sobre los dos dígitos.

Para ellos esas cifras no significaron nada,  pues el desempleo, la falta de oportunidad y la desesperanza tuvo mayor peso y optaron por o hipotecar o vender los pocos bienes que tenían para reunir el pasaje que los llevara a Puerto Rico, a la boca de los tiburones o a ser estafados.

Sobre la problemática, la directora del Instituto de Estudios Dominicanos del City College de Nueva York, Ramona Hernández, precisó que la emigración es el resultado  de políticas negligentes y de la distribución desigual de los recursos económicos en la sociedad emisora.

Las estadísticas extraídas del centro de documentaciones de Hoy señalan, sin embargo, que la Marina de Guerra frustró alrededor de 45 embarcaciones cada mes, es decir, 540 viajes durante el año, lo que consiguió gracias a sus esfuerzos, al servicio de inteligencia y al refuerzo de personal y puesto de vigilancia.

En los primeros seis meses del año fuentes revelaron que las autoridades de Estados Unidos ofrecieron el dato de que la Marina de Guerra logró impedir 45 embarcaciones por mes, de indocumentados que tenían como destino la isla de Puerto Rico.

Las informaciones indican que si las autoridades frustraron alrededor de 540 viajes, se ha de suponer que una cantidad similar o superior logró la travesía y que una gran parte desapareció en alta mar.

Si los criollos que trataron de salir huyendo de la miseria pagaron RD$30,000 cada uno, en total los recursos pagados a los organizadores de los viajes llegaron a los RD$750 millones, cantidad que bien invertida es suficiente para instalar una o varias empresas para darle empleos a los que se aventuraron a abandonar el país para probar suerte en otras arenas.

En junio pasado, el Departamento de Estado de los Estados Unidos excluyó a República Dominicana entre las naciones vigiladas con relación al tráfico de personas hacia otros países, contrario a un informe anterior que la nación había sido ubicada en categoría dos, debido a que los controles y medidas tomadas por las autoridades y la Marina de Guerra permiten un control significativo de esa actividad.

Además del control significativo del tráfico, las autoridades estadounidenses resaltaron la aplicación de penas  severas a los traficantes en los tribunales dominicanos, pero el trasiego de seres humanos continuó todo el año, no solamente de criollos, sino también de otras nacionalidades.

Entre los casos más sonados durante el año figuran que en enero la Marina de Guerra frustró 29 viajes repletos de personas, entre ellos mujeres y niños, destruyó 22 embarcaciones y apresó a 17 organizadores de viajes en frágiles embarcaciones.

Según las estadísticas, en febrero las autoridades impidieron que 46 embarcaciones llegaran a Puerto Rico, fueron destruidas 37 embarcaciones y 10 organizadores apresados, mientras que en marzo la cantidad de yolas detenidas fueron 49,  con 41 embarcaciones desmanteladas y 41 traficantes apresados.

En tanto que en abril los viajes frustrados fueron 44, con 32 embarcaciones destrozadas y 23 organizadores apresados y en mayo fueron  impedidos 41 viajes, con 36 yolas destruidas y 26 de los responsables detenidos.

En junio, los viajes que frustró la Marina de Guerra fueron 36, con igual cantidad de embarcaciones destruidas y 11 de los responsables de organizar los viajes apresados y sometidos a la justicia.

Durante los seis meses siguientes la situación continuó en ese mismo orden, aunque se destacó el esfuerzo de la Marina de Guerra, institución que se vio en la obligación de restaurar 12 comandancias de puestos, 15 destacamentos y  49 puestos que están diseminados en todo el litoral costero marino del país.

El 23 de julio, la Marina apresó en alta mar a 20 cubanos, entre ellos una señora de 62 años y su hijo, así como a tres dominicanos capitanes de la embarcación que los transportaba hacia Puerto Rico. El 29 de ese mismo mes, la institución informó del desmantelamiento de una banda que estafó a 29 cubanos que pagaron RD$4.3 millones para salir del país, por lo que cada uno erogó la suma de RD$150,000 sin lograr el objetivo.

Solamente entre septiembre y octubre la Marina capturó a 818 personas en intento de salir del país en 62 embarcaciones, de ellos 85 extranjeros que pagaron entre RD$100,000 y RD$150,000 cada uno. Los lugares por donde salen con mayor frecuencia los ilegales son Higüey, La Romana, San Pedro de Macorís, Miches, Sabana de la Mar, Sánchez, Nagua, Samaná, Río San Juan y Montecristi, entre otros.

A principio de diciembre, las autoridades apresaron a 69 organizadores de viajes ilegales, a los que sometieron a la justicia, así como  1,410 viajeros, entre ellos 70 cubanos, 69 haitianos, siete ecuatorianos, un canadiense y un checo, que trataron de utilizar al país como puente para viajar hacia Puerto Rico.