PEKÍN (EFE).- Un total de 287.000 chinos se suicidan cada año, y de ellos un 19 por ciento son jóvenes de entre 15 a 34 años, según un estudio publicado por la agencia oficial Xinhua.

El estudio fue llevado a cabo por el Hospital Huilongguan de Pekín, y demuestra que la media de suicidios consumados entre chinos es de 23 por cada 100.000 habitantes, mientras que entre 55.000 y 60.000 jóvenes se quitan la vida cada año.

Sólo en las universidades pequinesas, quince estudiantes se suicidaron desde principios de este año, según el rotativo «Beijing Youth Daily».

Las deficiencias en su educación sobre la vida y una creciente presión social parece ser el origen de los rampantes problemas psicológicos que sufren jóvenes y adultos y que acaban en suicidio, según el profesor Xiao Chuan, de la Universidad Normal de Pekín.

El académico sugiere que las escuelas chinas pongan en marcha programas de educación que pueda ayudar a estos jóvenes a prestar más atención por la vida, el respeto y la alegría.

Cincuenta escuelas de educación primaria y secundaria en la ciudad de Shanghai son el escenario de una prueba piloto para poner en marcha este tipo de programas desde marzo.

Los departamentos de educación de la metrópolis oriental se han comprometido a introducir asignaturas de educación moral y vital entre las materias tradicionales.

Los dramáticos cambios vividos por la sociedad china en los últimos veinte años, la política que limita a las familias a tener un solo hijo y una represiva tradición social que prohíbe expresar los sentimientos están en la base de los desequilibrios psicológicos de los chinos.

El problema se arrastra de generación a generación, ya que hay que añadir traumas colectivos como la Revolución Cultural (1966-76) que confinó a millones de padres a campos de trabajo y desunió familias durante años, y las hambrunas de la década de los años 50 del siglo pasado, que mataron a 30 millones de chinos y crearon situaciones dramáticas.