SOCIEDAD Un elefante en el parque nacional Samburu, en Kenia, un territorio muy amenazado por la caza furtiva. Foto: Thure Cerling, University of Utah.
Un total de 396 elefantes han muerto este año en Kenia, lo que supone algo más de la mitad de los 727 que lo hicieron en 2017, informó hoy el Servicio de Conservación de la Fauna del país (KWS, por sus siglas en inglés).
De los casi 400 elefantes muertos en 2018, la turística reserva natural Maasai Mara era el hogar de 61, de los cuales el 38 % (23) fallecieron por causas naturales, el 16 % (10) debido a conflictos con humanos, el 7 % (4) por la caza furtiva y la mayoría, el 39 % (24), por motivos que no se pudieron establecer al encontrarse los cadáveres en un estado avanzado de degradación.
Por otro lado, el KWS confirmó que dos de los paquidermos muertos en esta reserva fallecieron por ingerir un insecticida, carbomato, cuando se desviaron hacia granjas rociadas con herbicidas y pesticidas que utilizan este compuesto orgánico.
La caza furtiva de paquidermos también se ha reducido un 50 %, pasando de los 80 casos registrados en 2017 a los 40 de 2018, observó este organismo gubernamental, encargado de la protección de la fauna salvaje tanto en los parques y reservas como en recintos privados del país africano.
Todo el marfil de los animales muertos, con excepción del de los que fueron víctimas de cazadores furtivos, ha sido recuperado para su conservación, aseguró el KWS en un comunicado.
La población de los paquidermos en Kenia se mantuvo “saludable» durante este año, según el KWS, que estima el total de ejemplares en unos 35.000, con un aumento de un 119 % en los últimos 29 años, desde 1989.
Sin embargo, los números globales no son tan positivos- el número total de ejemplares salvajes de esta especie en el continente era en 2015 de 415.000, unos 111.000 menos de los que se contabilizaron en 2006, según el Informe de 2016 sobre la Situación del Elefante Africano, elaborado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Han aumentado durante el último año los casos de muertes debidas a conflictos entre humanos y elefantes, a causa de un cambio en el uso de la tierra, lo que a menudo “no es compatible con la conservación de la fauna silvestre”, reza el comunicado.
En cuanto al ecosistema del Maasai Mara, en concreto, la población de elefantes creció un 149 % en los últimos 35 años, pasando de 1.000 en 1983 a 2.493 en la actualidad.
El tráfico ilícito de marfil y cuerno de rinoceronte es una importante preocupación en el este de África, donde Kenia y Tanzania son los principales países de salida de estos productos, que luego tienen como destino China, Tailandia o Vietnam.
Las mafias asiáticas compran los cuernos a los furtivos para venderlos a un precio muy elevado estos países, donde elaboran con ellos pócimas supuestamente curativas o afrodisíacos muy populares entre la población local.