¿Unos derechos que mueren?

¿Unos derechos que mueren?

Pura coincidencia? que a pocos días de la celebración del día de los derechos humanos muera una mujer que representa la lucha de los derechos humanos en una población marginada y excluida, Sonia Pierre.

La vida de Sonia Pierre estuvo muy vinculada a su historia y a su origen como mujer dominicana de ascendencia haitiana. Ella mostró públicamente la situación de tantas mujeres y hombres que son discriminados y excluidos en la sociedad dominicana por su negritud y por su origen haitiano.

El cuestionamiento continuo de la nacionalidad de Sonia Pierre estuvo marcado por el afán de enarbolar una falsa bandera de la identidad nacional que no se corresponde con nuestra formación identitaria basada en la mezcla de diferentes nacionalidades y etnias. No se ha cuestionado nunca a muchas personalidades públicas de padres/madres de otras nacionalidades; sin embargo Sonia Pierre fue víctima de una agresión continua por tener ascendencia haitiana.

La muerte de Sonia Pierre deja muchas dudas sobre lo que puede ocurrir o no con la lucha por los derechos de la población dominicana de ascendencia haitiana y la visibilización de las distintas formas de discriminación que sufre esta población en muchos rincones de nuestro país.

Sonia Pierre vivió diversas situaciones de discriminación y violación de sus derechos como mujer dominicana de ascendencia haitiana. Estas situaciones que sufrió en su piel están presentes hoy en la vida cotidiana de niños, niñas, jóvenes y personas adultas, algunas de ellas son:

1. Despojo de la identidad La muerte de Sonia Pierre se produce en un momento en que miles de personas de diferentes edades que han nacido en el país y que tenían hasta hace poco sus documentos que los definían como dominicanos se han quedado en el “limbo” y de repente han  sido despojados de su identidad y de sus derechos en su propio país.

2. Negación del derecho a la educación. Una gran cantidad de niños, niñas y jóvenes son excluidos de los centros educativos porque no tienen actas de nacimiento o porque no han podido renovar sus actas de nacimiento porque se les niega esta renovación.

3. Ejercicio de violencia verbal y física en la que son víctimas niños, niñas, jóvenes y personas adultas. 

4. Negación del derecho a condiciones laborales dignas.

Estas situaciones fueron motivaciones de la lucha de Sonia Pierre y su muerte deja un gran vacío para esta población que veía en ella el rostro público de lo que ellos sufren. Los derechos de esta población no han muerto con Sonia Pierre, están presentes y necesitan ser revindicados, respetados y reconocidos por nuestras instancias gubernamentales,  judiciales y sociales.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas