Unos lentes para León…

Unos lentes para León…

León era el líder de la manada, siempre al frente, siempre un paso adelante de las ideas y metas de los demás; iba marcando la dirección con una visión de águila, mirando no sólo lo que venía, sino lo que haría con eso.

Durante años fue luz y guía de muchos, quienes sin su dirección no hubieran encontrado el camino. León también estaba expuesto a los peligros de los senderos, a tropezar, a cometer errores, aunque su visión le guardó de muchos.

Pero como todo en la selva, donde el peligro siempre acecha, un día León fue atacado, y aunque no murió, si quedó con un gran daño. Perdió la vista, no totalmente, pero su visión ya no era tan clara, tan buena.

Esa visión que le permitió moverse rápido con los cambios, ahora estaba empañada, nublada, tanto que no diferenciaba el brillo de un día soleado del de un día gris.

Eran muchos los que trataban de ayudarlo, no por su mejoría, sino para evitar que surgiera otro rey. Le hacían no ver los muros donde había. Le atrofiaron el sentido de orientación, le recomendaban caminos cortos para destinos de una sola dirección.

Nunca le sugirieron usar lentes para evitar la pérdida completa de su visión, algunos lo preferían así, frágil, confundido, para alimentarse de su fuerza.

Hoy ya es tarde… Mientras León se mueve a tientas, otro león aprendió nuevas rutas para conducir la manada al mismo destino.

¿Y ahora? Después que sucedió lo natural, los adeptos de León le piden que por favor comience a usar gafas. Y él sorprendido con la petición, pregunta: ¿lentes para qué? Si me he aprendido el camino como para recorrerlo aun completamente ciego.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas