Unos portales para la “transparencia” que dejan pasar poca luz

Unos portales para la “transparencia” que dejan pasar poca luz

En confusión de contenidos, y de lo que realmente están costando a los contribuyentes, los capítulos «nóminas» y «nominillas» aparecen en ámbitos de la burocracia dominicana haciendo saber que mucha gente cobra en el Estado y cuando se escudriña más a fondo preguntando ¿Quiénes son y por qué están asalariados? las respuestas convincentes no aparecen o las palabras que revelarían los reales conceptos y estatus de los destinatarios de sueldos están sustituidas por otras que dicen menos que las que deberían ser usuales y obligatorias en trámites administrativos. Claridad absoluta para eventuales auditorías y controles externos. Hasta ahí llega la «magia» lingüística de esta era de los «Portales para la Transparencia». La opacidad persiste.

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El problema es serio cuando se vuelve necesario recurrir a traductores de otra galaxia para adentrarse en el fluir de recursos en busca de pulcritud o de falsedades en un país reventado por el clientelismo. Pero también por el amiguismo y el nepotismo. El Estado como fabricante de «botellas» que se deja victimar por codicias de particulares y de camarillas partidarias que no cesan de facturar su supuesta contribución a triunfos electorales.

Es obligación de toda superioridad gubernamental bien intencionada y sanamente ajena a las intrigas politiqueras impedir que sobrevivan pagos injustificados o de oculto destino final. Se decía que el «cambio va» y al parecer alguien, en gestión previa, logró llevarse la palanqueta en su repleta faltriquera.