Unos van adelante y otros van atrá

Unos van adelante y otros van atrá

En mi generación, la Universidad Autónoma de Santo Domingo es el Alma Mater hasta de quienes no nos graduamos en ella. Ahora que veo la preocupación de funcionarios académicos del área de la Economía de la UASD, proponiendo que se aumenten los sueldos tanto en el sector público como en el sector privado, me viene a la memoria un trozo de la letra de un merengue que dice “unos van alante y otros van atrás”, así trabaja la inflación.
Aumentos de sueldos significa aumento del consumo y nosotros importamos la mayoría de los alimentos que debíamos producir, los cuales se compran en dólares.
Los intríngulis de la economía son tan complicados que su estudio se convirtió en una ciencia bastante inexacta, basada en cálculos que no siempre resultan como se vaticinan. El cálculo de probabilidades no siempre arroja resultados exactos.
Cuando estudié en Costa Rica, el dólar de cotizada a 6.66 colones por dólar. La estricta política económica que controlaba, de manera inteligente, el ingreso de vehículos de motor, se relajó años después, se permitió la importación de vehículos del año y la moneda se disparó hasta niveles antes impensados.
La propuesta de la UASD puede ser interesante, pero el sano equilibrio de la economía parece atentar contra su posible bondad.
El Fondo Monetario Internacional dice que el crecimiento de la economía nacional será menor que el de los últimos años.
Y la solución que buscamos es mejorar las condiciones de vida de la mayoría, mediante un aumento general de sueldos. Sindicalistas que discuten un reajuste salarial con los empresarios y el gobierno demandan, también, un aumento.
Subir los sueldos sin aumentar la producción de alimentos traerá, necesariamente una subida en el precio de los productos de primera necesidad. Mayor cantidad de dinero en el bolsillo de los trabajadores se traduce, indefectiblemente, en escasez o en subida de precios.
Como el país importa entre un 75 y un 85 por ciento de los alimentos, el aumento en el consumo significará la búsqueda de más dólares para pagar la importación de comestibles y otros productos.
Por supuesto, los importadores no sacrificarán sus pingües ganancias para que se mantengan los precios actuales, ello provocará la aparición o el incremento de la inflación.
Sin el aumento de la producción agropecuaria, el aumento de sueldos y el aumento de la importación de alimentos, se crea una situación tan explosiva como la que se gesta con el aumento semanal de los precios de la gasolina y otros combustibles, esa mezcla da una situación muy peligrosa.
Pero, además, con el ingreso de Punta Catalina al flujo de la energía eléctrica se reiniciaron los apagones, la mecha está ahí, ojalá que no la arrimen el fuego

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