Urbanismo y epidemiología, ciencias concurrentes

Urbanismo y epidemiología, ciencias concurrentes

Amigos y adversarios preguntan por qué siendo alumno aventajado; monitor y profesor, con ojo clínico y diestro a la auscultación cardíaca, escogí la epidemiología como ejercicio. También alucinan cuando hice otra pisada insurrecta, pues siendo master en epidemiología, decidí “asaltar” el urbanismo, supuesto campo exclusivo de arquitectos y constructores.
Influencia tuvo la educación liberadora del lasallista Alfredo Morales, sumada al programa modular que el Banco Interamericano y Organización Panamericana, auspiciaron en la PUCMM. Residen ahí las razones de ideología y método para intentar ejercer mi desafiante práctica profesional en este siglo XXI. La Facultad de Ciencias de la Salud de PUCMM movilizó cientos de alumnos con mapas que delimitaban 50 familias por estudiante del barrio Pekín. 15 años después, muchos se asombrarían por las destrezas demostradas en aquel exitoso proyecto que para esa zona, formulé y expuse ante la Fundación W. K. Kellogg.
La Epidemiología emergió inmediatamente que John Snow en el siglo XIX, utilizara en barrios pobres de Londres, métodos cartográficos y médicos para descubrir que el agua era el origen de una epidemia de cólera que asesinaba miles de trabajadores. Investigó los determinantes relacionados con salud y calidad de vida.
Al estudiar los pasos que dieron los epidemiólogos clásicos para caracterizar factores causantes de epidemias, se concluye que la epidemiología al emplear matemáticas y estadística concurren con la manera concreta de articular el espacio. El urbanismo y la epidemiología concurren para delimitar las causas de un problema que afecta a una colectividad y valorar la violencia, accidentes, daños por eventos naturales e incluso problemas mentales;.
No es casual que el catalán Ildefonso Cerdá, en el mismo siglo XIX, igual que John Snow, utilizara el término “urbanización” derivado del concepto “Urbs”, demostrando cómo las ciudades se transforman y cómo las sociedades actuando sobre ellas, impactan su estructura y partes. Una ciudad, en tanto sociedad, geografía e historia concreta expone los diversos modos de producir, enfermar, morir o vivir de sus sujetos sociales.
Hacer ciudad no es ejercicio arquitectónico de trazados. Es pensar bien cómo acrecentar el bienestar colectivo, cuya suma tiene la facultad de concretar lo que Cerdá denominó “felicidad pública”. Diversos estudios muestran que la Epidemiología y el Urbanismo se encuentran en la metodología empleada y en los fines perseguidos.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas