Urge aumentar la producción de alimentos

Urge aumentar la producción de alimentos

LEANDRO GUZMÁN
Es indiscutible que las reuniones entre altos dirigentes políticos para analizar y consensuar problemas de actualidad resultan positivas para el fortalecimiento de la democracia. En tales encuentros se pasa revista a los más prioritarios temas, según el punto de vista de los organizadores y participantes, aunque como ocurre siempre entre los políticos otros actores son excluidos. Hasta ahora, sin embargo, en el tiempo que lleva vigente nuestra democracia, nunca hemos visto a los políticos reunirse para discutir, por ejemplo, los problemas migratorios, los relativos a la planificación de la economía ni los que tienen que ver con la producción de alimentos, para nosotros un tema fundamental, puesto que cada día la población dominicana crece, sin que suceda lo mismo con la productividad de los predios agrícolas.

Las cifras son verdaderamente significativas y, probablemente, alarmantes. En efecto, si se toma como referencia el año 2012, que está prácticamente a la vuelta de la esquina, con una tasa de crecimiento de un dos por ciento, la población dominicana será aproximadamente de 11.7 millones de habitantes, sin contar con las eventualidades que puedan ocurrir en Haití, que comparte con nosotros la isla en que vivimos y donde el crecimiento poblacional es mayor.

Es obvio que esos 11.7 millones de ciudadanos que tendremos dentro de siete años necesitan alimentos. Según cifras estadísticas de organismos internacionales, cada uno de esos dominicanos debe de ingerir 2.5 libras de alimentos por día, que equivalen a 1.14 kilos. Esta cifra es notoriamente inferior a la de los Estados Unidos, donde se consumen tres libras por ciudadano. En la República Dominicana el 75 por ciento de esos alimentos es de origen vegetal y el restante de origen animal (carne de res, pollo, cerdo, pescado, etc.). En Estados Unidos, la proporción es de 45 por ciento de origen animal y el 55 por ciento de origen vegetal.

¿Cómo podremos alimentar a la población proyectada para el 2012? El patrón de comida vegetal del dominicano podemos representarlo en forma aproximada, con un consumo de arroz, habichuelas, plátanos, tomates, guandules papas, etc. Si tomamos en cuenta los rendimientos anuales por hectáreas de esos cultivos, resulta que en este año 2005, con 9.2 millones de habitantes, necesitamos un área de cultivos bajo riego de 518.300 hectáreas, que podrían producir 2.3 millones de toneladas de alimentos vegetales al año.

Ahora mismo tenemos bajo riego hay 278.500 hectáreas, que son capaces de producir 1.24 millones de toneladas, lo que significa una alimentación diaria de 1.34 libras por habitantes, en lugar de las 2.5 libras que se requieren.

Es decir, en este momento hay un déficit de 239.800 hectáreas. Si proyectamos las necesidades para el año 2012, tenemos que tener bajo riego 602,800 hectáreas.

Estamos a tiempo para que se adicionen nuevas tierras a la producción agrícola, antes de que ocurra lo que actualmente pasa en Europa, donde por ejemplo en España se han secado ríos y arroyos por las intensas sequías, o como en Portugal, que sufre de incendios devastadores de bosques y que aniquilan sus potenciales fuentes de agua.

¿Habrá quien se pregunte de dónde saldrán las 324,300 hectáreas que hay que cultivar para el año 2012 para producir los alimentos que se requerirán dentro de siete años? La respuesta es que todavía el Estado cuenta –a pesar de los pillajes de sus tierras y la repartición ilegal de gran parte de ellas entre políticos depredadores– con suficientes extensiones donde falta el riego y que podrían ser puestas a producir. Un ejemplo es la región Sur, en el Valle de Neyba, donde unas 25,000 hectáreas esperan el riego, bien sea con la construcción de presas o con agua del subsuelo. Hay otras regiones en similares condiciones.

Esto es aparte de que, contrariamente a lo que se dice en la prensa, es necesario poner en marcha un eficaz programa de mantenimiento de los canales de riego y lograr la modernización de los métodos de cultivo, para incorporar el riego por goteo y aspersión, todo encaminando al logro de un uso más racional del agua. La nivelación de las tierras en sitios donde sea posible, forma parte de ese componente de modernización.

El costo de poner bajo riego una hectárea de tierra ronda aproximadamente por los tres mil dólares, de manera que 324,300 hectáreas que hay que incorporar requerirían de una inversión estimada en 972 millones de dólares que, divididos en siete años, resultarían en 138,0 millones de dólares anualmente. Se trata de una cifra digna de tomar en consideración porque se trata de alimentar al pueblo dominicano, sin usar las divisas para importar alimentos, sobre todo si toman en cuenta pomposos anuncios para hacer inversiones en metros, islas artificiales y plantas generadoras de energía a base de carbón, que involucran cifras millonarias y que no van a satisfacer las necesidades de alimentación que tienen las actuales y futuras generaciones.

En las llamadas «cumbres» entre nuestros dirigentes políticos deberían analizarse estos temas, vitales para nuestra supervivencia. Una nación mal alimentada deviene en ciudadanos mal nutridos, con todo lo que eso significa para las demás actividades relacionadas con la producción.

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