Urge dinamizar la economía

Urge dinamizar la economía

Un estudio sobre el desempeño del negocio inmobiliario, hecho por la  firma constructora Cohisa, arrojó resultados alarmantes. En el año 2007 se vendieron 15,000 viviendas y en el 2008 apenas 3,500 de las siete mil construidas. En el ámbito automotriz, habitualmente muy dinámico, las cosas andan por esos mismos rumbos. Los dealers hacen a diario ofertas tentadoras, buscando atraer compradores para modelos de vehículos cero kilómetro del 2008, lo que indica que durante ese año se quedaron cortos en las ventas y este año parece que les irá peor. El desempeño de numerosos sectores económicos está sujeto a ese común denominador.

Ante una “ralentización” tan pronunciada de la economía, se hace imperativo aplicar estrategias para darle dinamismo, pero la forma en que lo está haciendo el Gobierno no parece la más aconsejable en estos momentos. En vez de incurrir en endeudamiento para grandes obras, lo que correspondería sería ejecutar pequeñas obras, útiles y necesarias, en toda la geografía nacional. Este procedimiento generaría empleo, demanda de bienes y servicios y activaría las economías en las comunidades favorecidas. Los indicios son de que el presente año se desacelerará aún más la economía, y eso, en términos fiscales y financieros, puede ser muy riesgoso para el país. Hay que  inducir demanda y eso se logra creando capacidad adquisitiva.

Inseguridad: un factor de pérdida

La inseguridad se ha convertido en un factor que estimula pérdidas en muchos órdenes, empezando por la de la quietud. En la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) los profesores, a petición de los estudiantes, han reducido el horario nocturno, tratando de disminuir las posibilidades de  asaltos y agresiones. No sería extraño que en otras universidades se esté haciendo lo mismo y por las mismas motivaciones.

Es un estado de cosas que ha afectado la vida nocturna, mermando los ingresos de muchos negocios y provocando reducciones de personal. A pesar de los grandes esfuerzos de las autoridades represivas, la sensación de inseguridad es permanente y justificable. Es difícil que haya un dominicano que no haya sido afectado, directa o indirectamente, por asalto o cualquier otro acto de delincuencia. Eso multiplica la sensación de inseguridad. En el balance de negocios y otras actividades nocturnas, la inseguridad es un factor de pérdida.

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