En su discurso ante la VII Reunión Iberoamericana de ministros de Hacienda y Economía de la Conferencia Iberoamericana, el presidente de la República, Luis Abinader manifestó, con preocupación, el nivel de endeudamiento al que han incurrido la mayoría de los países iberoamericanos para contrarrestar los estragos de la pandemia del coronavirus en la salud y la economía.
Los estados partes fueron convocados a este encuentro virtual, organizado por República Dominicana en calidad de Secretaría Pro Tempore de la Conferencia Iberoamericana, con el fin de hablar sobre los pasos necesarios para la recuperación de la crisis de la COVID-19.
Abinader dijo que para salir de la crisis económica los países en vías de desarrollo necesitan al igual que las grandes potencias tener buenos financimiamientos y acceso al atídoto para vacunar a su población contra la enfermedad respiratoria.
«No podemos olvidar que un acceso desigual al financiamiento afecta a la capacidad de los países de garantizar suficientes vacunas y a precios asequibles, lo que implica distintos ritmos de inmunización y consecuentemente una recuperación dispar que podría incrementar aún más la desigualdad», expresó durante su disertación.
Aquí su discurso íntegro:
PALABRAS PRESIDENTE
VII Reunión Iberoamericana de Ministros de Hacienda y Economía
Salutaciones,
amigas y amigos,
ministros y ministras,
Es para mi un honor poder dirigirme a todos ustedes en el marco de esta VII reunión Iberoamericana de ministros de hacienda y economía y hacerlo precisamente como presidente de la Republica Dominicana, quien ostenta la Presidencia Pro Témpore de la Conferencia Iberoamericana los dos próximos años y hacerlo también en el contexto tan importante que estamos atravesando todos debido a la pandemia de la Covid-19.
El año 2020 fue un año muy duro para todos. Tuvimos que hacer frente a desafíos y retos que jamás hubiéramos pensado que tendríamos que afrontar.
La respuesta en todos los sitios fue la misma; salvar vidas y proteger a nuestras poblaciones con todos los mecanismos a nuestro alcance.
Casi un año después en muchos sitios la pandemia esta en fase remitente y las consecuencias más duras están quedando atrás.
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Pero es ahora, cuando ese esfuerzo que hemos hecho todos, bajo la misma causa y con el mismo propósito lastra y trata de manera diferente a los países más desarrollados de los países de renta media.
La pandemia ha ocasionado un aumento significativo en los niveles de endeudamiento de la mayoría de los países.
Hemos tenido que adaptar nuestros sistemas de salud, ampliarlo y proteger también el empleo y la economía de millones de familias.
Y aquí señores y señoras, se ha puesto una vez más de relieve la brecha existente entre economías avanzadas y emergentes en el acceso a financiamiento suficiente y barato, para enfrentar las necesidades de gasto extraordinario que creó la pandemia del COVID-19 y que los países de renta media nos enfrentamos a graves adversidades, que apuntan a peligrosas crisis económicas.
La mayor parte de los países iberoamericanos hemos tenido tradicionalmente acceso a los mercados de crédito internacional a una mayor tasa de interés que la que pagan los países más desarrollados, y hemos presentado en muchos casos mayores déficits estructurales que estos, con un menor espacio fiscal con el que enfrentar la crisis.
Es por eso, que en esta reunión es tan importante y vital para millones de seres humanos en el planeta y para el desarrollo justo e inclusivo de nuestras naciones.
Siempre hemos dicho que en esta pandemia no dejaríamos a nadie atrás. Y es el momento de pasar de las palabras a los hechos.
No podemos olvidar que un acceso desigual al financiamiento afecta a la capacidad de los países de garantizar suficientes vacunas y a precios asequibles, lo que implica distintos ritmos de inmunización y consecuentemente una recuperación dispar que podría incrementar aún más la desigualdad.
Pero tampoco debemos olvidar que retos latentes como el cambio climático, la cuarta revolución industrial, la transición ecológica, y muchos otros desafíos no podrán ser enfrentados con determinación sin los mecanismos financieros suficientes que garanticen una buena salud a largo plazo de las finanzas estatales.
De esta manera debemos actuar; coordinados y con un propósito bien marcado y definido.
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Es el momento de actuar y hacerlo YA.
Así, apoyamos la iniciativa del Fondo Monetario Internacional de aprobar una asignación general de Derechos Especiales de Giro en un monto equivalente a US$ 650 mil millones para contribuir a la provisión de liquidez y beneficiar a todos los países miembros en su recuperación económica de esta crisis.
Pero debemos ir más allá para reclamar y conseguir nuevos mecanismos que consoliden nuestra posición y ganar esta batalla que estamos planteando.
Las necesidades de financiamiento en el corto plazo seguirán siendo altas, dado que las recaudaciones fiscales pueden tomar cierto tiempo en volver a su trayectoria pre-pandemia, y es necesario seguir mitigando los efectos sanitarios y económicos del COVID-19.
De esta manera se hace imperativa la necesidad de estudiar y, en caso de que se vea conveniente, promover la adopción de un nuevo marco o estándar multilateral de valoración de riesgos financieros y macroeconómicos que incorpore la particularidad de la situación de la COVID-19 y las medidas de respuesta, para evitar que las rebajas de la calificación crediticia generen un efecto pro-cíclico, suponiendo un agravamiento adicional de esta situación.
Debemos promover la discusión, y en el contexto actual la posible suspensión, sobre los sobrecargos en los préstamos de apoyo financiero del FMI para contribuir a reducir las necesidades de financiación de algunos países de renta media que más lo necesitan, manteniendo simultáneamente la solidez financiera de la institución. Así como apoyar la iniciativa lanzada por el Club de París y el G20 para el establecimiento de un marco común para la negociación coordinada de tratamientos de alivio de deuda.
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Debemos apoyar la discusión de mecanismos y herramientas de política económica para responder a la crisis y mantener sus países dentro de la ruta para cumplir con la Agenda de Desarrollo 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Debemos promover el análisis de posibles capitalizaciones de los bancos multilaterales de desarrollo de América Latina y el Caribe y considerar la posibilidad de utilizar recursos adicionales para financiar, en condiciones blandas, proyectos en áreas de desarrollo sostenible, tales como salud y agua potable, para los países más vulnerables de la región.
Ministras y ministros,
La agenda es extensa porque el reto es enorme.
Hay momentos en que la historia nos colocan a todos en una situación en la que no vale esconderse ni poner excusas, hay que ser valientes y asumir el reto con fuerza, ideas y determinación.
Este es uno de esos momentos.
Nunca antes nos hemos enfrentado a desafíos tan complejos que requirieran de una acción coordinada y actuar como una sola voz.
Iberoamérica cuenta con la fuerza suficiente de su gente y la determinación de sus gobiernos para no ser un actor más del tablero global, sino para ser un actor de cambio con voz propia y la fuerza suficiente para trasformar el mundo.
Si conseguimos aunar esfuerzos y compartimos las metas, seremos capaces de afrontar los principales retos globales como el cambio climático, la desigualdad social, y la disrupción tecnológica, al igual que prevenir la aparición de crisis similares mediante el fortalecimiento del multilateralismo y la cooperación en el espacio iberoamericano.
Siempre lo he dicho, este es el momento iberoamericano, este es momento para que se escuche nuestra voz y se apliquen nuestras ideas.
Si lo hacemos juntos, seremos imparables.
Espero que tengan una fructífera reunión y mucho ánimo y acierto en sus trabajos.
Muchas gracias a todos y todas y que dios les bendiga a todos ustedes.