Urge revisión
Políticas de riego en RD

Urge revisión <BR>Políticas de riego en RD

La República Dominicana recibió la bendición de la naturaleza con acuíferos a lo largo de todo su territorio que embellecían esta parte de la isla.

Sin  agua, imprescindible para la vida, en estos tiempos modernos es imposible cultivar la tierra para producir los alimentos que consume la población.

Aunque el país cuenta con sistemas de riego en todo el territorio, confronta problemas de eficiencia  que viene arrastrando desde hace muchos años. En varios cultivos se sigue usando riego por inundación (arroz, plátano, berenjena, etc). Además la deforestación indiscriminada ha contribuido a la desaparición o conversión  de varios ríos en chorritos.

El gran desafío que plantea  la agricultura moderna es producir más con menos agua y en menor extensión de terreno, para alimentar una población de unos 10 millones de habitantes y más de 4 millones de turistas que nos visitan cada año. El país tiene bajo riego unos 4.9 millones de tareas.

La responsabilidad del abastecimiento de agua para riego la tiene el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDHRI), que comparte con las juntas de regantes que existen en todos los distritos de riego, las cuales se encargan del cobro del servicio a los productores. El agua es un insumo fundamental en la producción agrícola, por lo que  se debe optimizar mediante la utilización de sistemas de riego por goteo y por aspersión, complementado esto con crédito, control fitosanitario, rendimiento del nivel de ingresos, gestiones de negocios y otros, afirma el director ejecutivo del INDRHI, Frank Rodríguez.

Sin agua es prácticamente imposible lograr la seguridad alimentaria, que juega un papel importante en la política de desarrollo de los países, al punto de que el término “seguridad alimentaria” es  equiparado con frecuencia a conceptos tan patrióticos como el de “soberanía alimentaria”.

Las autoridades, aseguran que el país produce el 85% de los productos de la canasta básica agropecuaria.

Uso del agua.  El análisis de los usos  del agua permite establecer el marco analítico para la evaluación de políticas de desarrollo y  sirve de punto de partida para las proyecciones, la planificación y proveer información relevante para analizar el impacto social y económico de las inversiones de los  usos del agua. El funcionario destacó la rentabilidad de la inversión en sistemas de riego contratando para diferentes cultivos los volúmenes de producción y rendimientos alcanzados en las zonas de riego y en las áreas de  secano, concluye que la inversión en servicios de agua para la producción agrícola es beneficiosa. La tierra regada representa alrededor del 21% del total de la tierra cultivable del país, en cuya área se produce el 67% de los cultivos principales.

Es necesario hacer un mejor uso del agua en las zonas bajo riego, lograr incrementos en rendimientos que justifiquen las inversiones, fomentar prácticas agrícolas que generen menores impactos en el medio ambiente y lograr que la agricultura sea vista como un negocio rentable, sostiene. Ante los efectos cíclicos de sequías y posibles aumentos en la frecuencia y la intensidad de las mismas, es prioritario considerar la lluvia como una fuente primaria de agua, inclusive en las áreas bajo riego, que puede ser gestionada junto al manejo de la humedad del suelo.

Regantes.  El INDRHI delegó en 31  juntas de regantes el área de acción que representa el 90% de la superficie total bajo riego y el 85% de los usuarios de riego.    Estas juntas administran los sistemas de riego en el país y  los Centros de Gestión de Agronegocios y Audiovisual-Biblioteca (CEGA-CABI) que son centros creados con el objetivo de capacitar a los productores, a sus esposas e hijos en técnicas de cultivo en busca de que obtengan una buena producción y productividad agrícola. La delegación de autoridad y de responsabilidades a las juntas de regantes ha repercutido en la consolidación de la democracia en la zona rural, en la participación efectiva de los usuarios de riego en el crecimiento económico del país y en el establecimiento de la paz social en las zonas bajo riego.

Evolución del riego. La superficie bajo riego en el país comenzó de manera lenta y luego avanzó rápidamente, con aumento  en el período 1944-1965 y casi se duplicó entre 1965 y 2003. En 1941 aquí había 11,186 hectáreas bajo riego, en 1965 subió a 150,139 y para el 2003 aumentó a 307,472 hectáreas. A partir de 1987 el área agrícola que cubren los sistemas de riego ha tenido un crecimiento lento, debido a mayor énfasis en la productividad, inversiones orientadas a  otros sectores, cambios en la economía, mayor prioridad en la tecnificación de  áreas de riego existentes.

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Uso de la tierra

Los suelos  del país presentan gran fertilidad y vocación para ser destinados a diferentes tipos de cultivos, atendiendo a las zonas. El país tiene una superficie de 42.6 millones de tareas  destinadas a la actividad agrícola. De este total 21 millones de tareas son  cultivables que representan el 55% de la superficie  de cultivo, un total de 19 millones son dedicadas a pasto y 2.6 millones de tareas constituyen los bosques y montes. Con el censo agropecuario de 1981 se determinó que el 32% de los terrenos dedicados ala agricultura eran plantaciones cañeras.

La cifra

4.9 millones de tarea.  Es la cantidad de terreno bajo riego en la República Dominicana, en los cultiva arroz, habichuelas, papa, plátano, guineo, batata, frutas, vegetales y otros.

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