Urge un gobierno en valores y ético

Urge un gobierno en valores y ético

Con el alarmante grado de descomposición social, económica y de valores que hoy está afectando a todos los sectores de nuestra sociedad, urge que a partir del 16 de agosto los dominicanos y dominicanas podamos comenzar a disfrutar de un gobierno que sustente sus acciones en los mejores principios éticos de honestidad, igualdad social, respeto a la dignidad humana, a los derechos fundamentales y a la moralidad institucional.

Se demanda de urgencia de un nuevo estilo de gobierno que priorice igualdad económica y social, que respete y cumpla y haga cumplir las leyes y la Constitución de la República. Cuando las naciones no son gobernadas con principios o los contraviene se corren el camino de la inestabilidad y su propia destrucción. De manera que cuando una sociedad se encuentra en proceso de desconocimiento de sus valores y principios éticos, se comienza a caer en la degradación pública, social y estructural, debido a que sus autoridades pierden el rumbo de su destino, lo que parece estar sucediendo en nuestro país, al no saber o definir qué sociedad queremos, si mantenernos con más de cientos sesenta años en el subdesarrollo involutivo o en evolución hacia un desarrollo sostenible.

Cada día observamos cómo se debilita nuestra soberanía, cómo se obvia el trabajo honrado, cómo se irrespeta al ciudadano, cómo se sustituye el trabajo honrado por la vida fácil, donde la honestidad ha perdido su valor por la corrupción, la amistad es transmutada por la enemistad y el divisionismo ideológico partidista; se ha perdido la vocación de servir por lo mercurial, lo pragmático por lo científico, el clientelismo por el profesionalismo, la compra de conciencia por unas monedas. Todos está transformado. Vivimos donde lo humano ni la nación no es lo primero, sino el interés personal de cada quien. Son estas las razones del por qué el país anda mal.

Por ende, exigimos una sociedad más humana, más participativa y mejor desarrollo humano. Con un gobierno que se comprometa a enrumbarla por el camino del verdadero progreso, desarrollo económico, social, educacional y moral. Que además, comprenda que los derechos ciudadanos son inviolables e inalienables. Un gobierno que se responsabilice a promover el fortalecimiento del núcleo social más empobrecido, la productividad social y empresarial a través de la implementación efectiva de políticas públicas que tiendan a mejorar la calidad de vida de los sectores de la economía nacional.

Esperamos que quien resulte ganador de las venideras elecciones presidenciales asuma el sagrado compromiso de instaurar un gobierno basado en valores, en la eficiencia y la eficacia gerencial, donde podamos contar con instituciones públicas altamente funcionales y profesionalizadas, sobre todo orientadas a ofrecer servicios y atenciones al ciudadano de alta calidad. Donde los servidores públicos y funcionarios demuestren actitudes de humildad, tolerancia, vocación de servicio excelente y ético.

Oportuno es el momento para que nuestro liderazgo político reflexione en torno a la urgente necesidad de cambiar el viejo sistema de gobierno que no ha sido capaz de generar mejorías sustanciales para la mayoría de la población. Quisiéramos recodarles a nuestros líderes políticos como empresariales, que la paciencia y resistencia de los pueblos se agotan y traen consecuencias funestas.

Recordemos que gobernar es buscar el equilibrio entre los actores de poder, buscar la mejoría para todos, siempre evitando no crear grupos, sectarismo o élites con mayores poderes que otros. Que gobernar es buscar los mejores resultados que beneficien a todos sectores de la sociedad, utilizar los recursos con transparencia, rendir cuentas, generar riquezas y administrar con ética, eficiencia y probidad el patrimonio nacional, que es de todos.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas