Por MARIEN ARISTY CAPITAN
Una de las principales urgencias del sistema de educación superior es lograr que las universidades exijan una prueba de nivel a los bachilleres que deseen cursar la carrera de Educación para verificar si tienen la competencia necesaria para ello.

Así lo aseguró ayer la secretaria de Educación Superior, Ciencia y Tecnología,  Ligia Amada Melo de Cardona, quien anunció que pronto las universidades del país tendrán que someter a los estudiantes que ingresen a sus centros a una prueba de orientación y medición académica. Los que estén capacitados para estar en la carrera que eligieron, tendrán que hacer cursos remediales o de nivelación.

Con esta prueba, asegura Melo de Cardona, se logrará reducir la deserción y el fracaso universitario puesto que los alumnos entrarán a la carrera que deben estudiar y superarán sus deficiencias antes de comenzar a recibir docencia.

Volviendo con el tema de educación, Melo de Cardona entiende que aplicando esta prueba se conseguirá que se eleve el nivel y las capacidades de los maestros que egresan del sistema.

“Aquí hay cuarenta y cinco mil estudiantes de Educación pero quién sabe el por ciento que tiene condiciones para ser profesores. Esa prueba lo demostraría. Y qué pasaría: que cuando un aspirante a estudiar Educación se dé cuenta de que tiene tantas limitaciones, va a decidir que no”.

Consciente de que es necesario que se fortalezcan las escuelas de Educación de las universidades, Melo de Cardona cree que también sería bueno que se evalúe a los maestros que ya están en ejercicio para ver qué lagunas tienen y qué hay que tienen que reforzar.

Sosteniendo que el sistema de educación básica es el responsable de las deficiencias que tienen los egresados del nivel medio que llegan a las universidades, Melo de Cardona señaló que le entregarán a la secretaria de Educación, Alejandrina Germán, los resultados de una evaluación que fue realizada a 11,839 estudiantes de nuevo ingreso de siete universidades.

En ellas se estableció que tienen deficiencias en ciencias naturales, sociales, matemáticas, lengua española y comportamiento humano. Aunque los estudiantes eran tanto de escuelas públicas como privadas, las mayores deficiencias fueron observadas en los alumnos del sector estatal.

Lamentando que el 60% de los estudiantes que tomaron esta prueba no llegó a la media, Melo de Cardona explicó que con esta prueba no se miden contenidos sino inteligencia académica: cuáles son las actitudes, las capacidades académicas, la capacidad de razonamiento, la capacidad de resolver problemas, la autoestima la actitud hacia las matemáticas, entre otras cosas.