El líquido esencial para la vida llega insuficiente en su modalidad potable a hogares de ciudades y campos dominicanos (41% y 35% respectivamente) además de que se le represa menos de lo que convendría para evitar que se pierda en el mar sin aprovechamiento. Contra esa liquidez fundamental que nada tiene que ver con dinero, está también la perforación desordenada de pozos tubulares que pone en peligro reservas del subsuelo mientras la desaparición de bosques y progresivos efectos del cambio climático gravitan sobre los recursos naturales incluyendo el agua, la que puntuales medidas deberían impedir que corra hacia un destino incierto.
El país debe estar advertido de que el uso excesivo de fertilizantes y pesticidas -como el que recientemente desató una ola de intoxicaciones en escolares del Cibao- puede infiltrar toxicidad hacia acuíferos y aumentar la salinidad contra cultivos. Además, la extracción excesiva de aguas del subsuelo altera el equilibrio entre salada y dulce permitiendo que una invasión salina se propague tierra adentro desde litorales. En su tramo final, el río Ozama y otros presentan «sabor» a mar y basura en sus caudales.
Con todo, el presente y anteriores gobiernos han tenido a la nación en carencia de una ley orgánica actualizada que guíe los pasos del Estado y la sociedad hacia una efectiva protección del agua y sus reservas. Veinte años de atrasos sin algún modesto intento por consensuar intereses particulares con los de la República. Un valladar contra las codicias privatizadoras. El primer mandatario actual promete abordar ese vacío en el 2027.
Para los fines de producir alimentos con uso del agua, República Dominicana aparece en la lista de los países que por su condición isleña y de llanuras costeras serán los más afectados por el cambio climático y el nivel del mar. La FAO de Naciones Unidas prevé que en el 2050 las necesidades de agua para la agricultura habrán crecido 50%. ¿Cómo estará para entonces ese recurso en estos 48 mil kilómetros cuadrados?
En comparecencia al encuentro Económico de este periódico el Movimiento del Desarrollo Rural Integral consideró un desafío para el país en materia agropecuaria el incumplimiento de límites para residuos de plaguicidas y uso de riegos poco eficiente «lo que pone en peligro la seguridad alimentaria y afecta las exportaciones de productos frescos».
Explicaron que «con la salinidad de los suelos se están incrementando las áreas improductivas, sobre todo en zonas donde predomina el cultivo intensivo de arroz».
Los ejecutivos de la entidad abogaron por un cambio en el modelo de producción que implique mayor regulación en el uso de químicos y zonificación de cultivos. El banano orgánico que se cultiva en la región Noroeste para exportación a Europa es uno de los más afectados. El país es líder exportador del guineo,
Surge un riesgo de la misma dimensión a causa de la minería a cielo abierto, según organizaciones sociales y ambientales, con la posible llegada al embalse de la presa de Hatillo de residuos de la extracción de oro en Pueblo Viejo. Para esa entidad, el suministro de agua potable está en futuro incierto regionalmente.
Cuando se pregunta a algún organismo de monitoreo ambiental lo que ocurre en República Dominicana con la contaminación del suelo dirá que «el uso de técnicas inadecuadas de cultivo y el sobrepastoreo son las principales causas de la erosión de suelo». Recuerdan que en sentido general los territorios deforestados provocan la erosión y el combate a depredaciones sobre sistemas montañosos y valles fértiles no ha sido suficiente.
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Sedimentos atacan
En el 2021 un diagnóstico del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, INDRHI, admitió que la tasa de sedimentación sobre las presas Jigüey-Aguacate, Tavera, Sabaneta, Sabana Yegua y Valdesia avanzaba más rápidamente de lo esperado, lo que significaba que su vida útil disminuía tempranamente.
En diciembre en una rendición de cuentas por todo el 2024, el órgano de la hidráulica informó de labores de mantenimiento de canales de riego en todo el país para garantizar agua a millones de tareas que proporcionan el 80% de la producción agrícola, incluyendo adecuación de cauces y colocación de gaviones; pero nada dije sobre contención de sedimentos que van a los embalses ni de contundentes acciones para dragar depósitos y preservar capacidades.
En otro momento lo que dijo al país el vocero del Comité de presas, Luis Cuevas, fue que aunque no existe información precisa sobre sedimentación en los artificiales lagos, se presume que ronda el 20% de los caudales, unos 328.8 millones de metros cúbicos. Es su esperanza que una disminución de la deforestación mejore el panorama a mediano plazo.
Mientras tanto, reportes pasados indicaron que la central hidroeléctrica del represado río Jimenoa tuvo una pérdida constante por falta de funcionamiento de US5.29 millones y en informe aparte se indicó que el volumen de sedimentación de la presa de Tavera estaba en 35.9% de su dimensión. De allí va agua a los acueductos de Santiago y Moca, a la generación de electricidad y a sistemas de regadío.
Para el 2010 la sedimentación comprobada -según informes de archivo- por el INDRHI indicaba que la acumulación por arrastres de ríos hacia embalses de Valdesia y Aguacate llegaba a 60% de sus lechos. Ambos forman parte de uno de los sistemas hidráulicos más antiguos del país y ningún registro noticioso posterior ha indicado que se procediera a cambiar esa realidad o a disminuir sus causas. Valdesia es fuente importante del primordial líquido para la CAASD.
Recurso crítico
Tanto por la forma en que irracionalmente en el país se condena al líquido esencial al desperdicio, como por dejarlo correr hacia el mar y el subsuelo cuando contiene inmundicias, se trata de un recurso natural al que no se reconoce su condición de imprescindible en la existencia humana ni que está siendo llevado a niveles críticos por usos y contaminaciones.
En una exposición a la prensa, Osiris de León, coordinador de la Comisión de Ciencias Naturales y Medio Ambiente de la Academia de Ciencias, recordó que el 75 del territorio del Distrito Nacional y la provincia de Santo Domingo carece de alcantarillados sanitarios que impidan invadir el subsuelo. Lo que querría decir (agregamos) que si ambas jurisdicciones municipales pasaran a ser vistas como un solo cuadrante, se trataría de un terruño que flota en las defecaciones de casi todo el que reside sobre él.
El científico advirtió que debido a la acumulación de aguas cloacales, generadas considerablemente por la perforación de pozos para dar destino a defecaciones, existe el riesgo de que aguas para consumo humano resulten severamente contaminadas.
«Las aguas que salen de los baños de las viviendas hacia pozos construidos en patios ( o en el pavimento del frente) van al mismo lugar donde están las subterráneas que luego son extraídas para necesidades básicas, consecuencia en la que la gente no piensa».
Claudio Caamaño Velez, profesor de agronomía, tuvo a bien destacar que en la República Dominicana del 82% del agua que va dirigida a la agricultura se desperdicia el 70%. A fin de cuentas, el 57% de toda el agua disponible a nivel nacional se pierde en los campos de cultivo. Sumado a esto existe el uso excesivo de insumos que arrojan químicos hacia ríos y subterráneos.
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Amenaza global
La sección de la FAO ONU que monitorea aguas y territorios de la zona del Caribe se propuso hacer sonar alarmas por los efectos del cambio climático en esta zona que considera expuesta a un agotamiento de las fuentes del líquido esencial, y ha especificado:
«El ascenso del nivel del mar podría contaminar las fuentes de agua potables y los cambiantes patrones climáticos pudieran reducir la cantidad de lluvia que llega a las presas en las próximas décadas». Se trató de una exposición en un congreso celebrado hace algún tiempo en la isla de Santa Lucía.
Algunas soluciones planteadas como posibles incluyeron incrementar el uso de plantas de desalinización y un mejor manejo de los suministros de agua existentes en un archipiélago en el que muchos gobiernos cargan pesadas deudas y tienen pocas fuentes nuevas de ingreso. «Muchos países del Caribe dependen exclusivamente de agua subterráneas para sus necesidades, un recursos vulnerable que será afectado por el cambio climático».