¡Urgente! Necesita vacaciones

¡Urgente! Necesita vacaciones

POR ANNA JIMENEZ
Los seres humanos, en tanto entidades complejas e integradas, tenemos un cúmulo de necesidades que responden a nuestros diversos niveles de existencia: física, fisiológica, mental, espiritual y social. Para cubrir todas esas necesidades es necesario proveerse a sí mismo de una serie de posibilidades de crecimiento entre las cuales se encuentran la nutrición, los cuidados familiares, el descanso, la educación, el deporte, la atención médica y psicológica, la posibilidad de sentirnos útiles e integrados a los sistemas de producción económica y cultural, etc.

Pero también se hace necesaria la posibilidad de salirnos de la rutina diaria a través del ocio, tan necesario como la actividad a la hora de conformar un sano equilibrio del ser humano.

Más allá del concepto productivista, que lo considera capacidad desperdiciada y ganancias caídas, el ocio bien entendido no significa falta de actividad, sino la posibilidad de ocuparse de cosas totalmente diversas de las que llenan la mayoría de las horas de nuestro día y nuestra semana.

En la concepción de los maestros de la antigua Grecia, el ocio como contrapuesto al negocio, era el espacio necesario para que el hombre se ocupara de las cosas trascendentes de la vida. Filosofar, para los griegos, no constituía una actividad menos importante que el trabajo productivo, sino que era la fuente de sentido de todo esfuerzo humano. Y dar sentido a la vida ha sido, a través de la historia, una necesidad humana profunda.

La Real Academia Española define al ocio como el «tiempo libre de una persona. Diversión u ocupación reposada, especialmente en obras de ingenio, porque estas se toman regularmente por descanso de otras tareas.» (*) La diversión es, justamente, uno de los objetivos específicos del ocio. Diversión que no significa sólo entretenimiento, sino la búsqueda de lo «diverso», la posibilidad de dar a nuestro cuerpo y mente otras materias primas de ocupación y crecimiento, bajo la concepción de que todo órgano o función que no se ocupa en su objetivo específico pierde su razón de ser y se atrofia.

SI NO TOMA VACACIONES SUFRIRÁ FUERTE FATIGA

La fatiga no es lo mismo que somnolencia. Por lo general, la somnolencia es la sensación de una necesidad de dormir, mientras que la fatiga involucra la falta de energía y de motivación. La somnolencia y la apatía (un sentimiento de indiferencia o de no importa qué suceda) pueden ser síntomas de fatiga.

La fatiga puede ser una respuesta normal e importante al esfuerzo físico, al estrés emocional, al aburrimiento o la falta de sueño. Sin embargo, también puede ser un signo no específico de un trastorno psicológico o fisiológico grave. La fatiga que no se alivia con el hecho de dormir bien, comer bien o tener un ambiente de bajo estrés, debe ser evaluada por un médico. Dado que la fatiga es un motivo común de queja, se puede pasar por alto alguna causa potencialmente seria.

El patrón de fatiga puede ayudar a delinear la causa subyacente. Los individuos que en la mañana se levantan descansados, pero que se cansan fácilmente con la actividad, pueden tener una condición o enfermedad en curso, como un hipotiroidismo. Asimismo, los individuos que se despiertan fatigados y el nivel de fatiga permanece constante durante todo el día, pueden estar sufriendo depresión.

CAUSAS COMUNES

Existen muchas causas físicas y sicológicas posibles. Algunas de las más comunes son:

Anemia que incluye anemia ferropénica.

Trastornos del sueño como insomnio, apnea obstructiva del sueño o narcolepsia.

Dolor.

Alergias que provocan fiebre del heno o asma.

Hipotiroidismo.

Consumo de alcohol o de drogas ilícitas como cocaína, especialmente si se utilizan con frecuencia.

Depresión o aflicción.

La fatiga también puede estar acompañada de:

Infecciones, especialmente las que toman mucho tiempo para recuperarse o para tratar como endocarditis bacteriana (infección de los músculos o de las válvulas del corazón), infección parasitaria, SIDA, tuberculosis y mononucleosis.

Insuficiencia cardíaca congestiva.

Diabetes.

Enfermedad hepática o renal crónica.

Enfermedad de Addison (insuficiencia suprarrenal).

Anorexia y otros trastornos alimenticios.

Artritis, incluyendo la artritis reumatoide juvenil que afecta niños y adolescentes.

Enfermedades autoinmunes como el lupus.

Desnutrición.

Cáncer.

Algunos medicamentos pueden causar somnolencia o fatiga, incluyendo los antihistamínicos para tratar las alergias, medicamentos para la presión sanguínea, pastillas para dormir, esteroides y diuréticos.

El síndrome de fatiga crónica (SFC) es una condición que empieza con síntomas como de gripe y dura alrededor de seis meses o más. Se eliminan primero todas las otras causas de fatiga antes de este diagnóstico. Muy poco se puede hacer para aliviar el SFC, incluyendo el descanso.

CUIDADOS EN EL HOGAR

Existen formas que ayudan a reducir la fatiga como:

Dormir todas las noches de modo adecuado, regular y las misma cantidad de horas.

Mantener una dieta balanceada y beber abundante agua a lo largo del día.

Hacer ejercicio regularmente.

Aprender mejores formas de relajación, como yoga o meditación.

Mantener un horario de trabajo y personal razonable.

De ser posible, cambiar las situaciones estresantes. Por ejemplo, cambiar de trabajo, tomar vacaciones y realizar ajustes en la relación de pareja.

Tomar multivitaminas. El médico debe orientar acerca de qué es lo mejor.

Evitar el consumo de alcohol, nicotina y drogas.

Si padece de dolor crónico o de depresión, su alivio a menudo ayuda con este problema. Sin embargo, algunos medicamentos antidepresivos pueden causar o empeorar la fatiga. Igualmente, se deben ajustar los medicamentos para evitar la fatiga. NO se debe cambiar ni dejar de tomar ningún medicamento sin antes consultarlo con el médico.

Los estimulantes (incluyendo la cafeína), NO ofrecen ningún alivio y realmente pueden empeorar el problema cuando se suspenden; los tranquilizantes generalmente intensifican la fatiga después de un tiempo.

SE LLAMA AL MÉDICO SI:

Está confundida o mareada.

Tiene la visión borrosa.

Tiene muy poca orina o nada de orina o se ha hinchado recientemente y ha ganado peso.

Presenta debilidad o fatiga prolongada, especialmente si está acompañada de fiebre o pérdida de peso no intencional.

Está constipada, la piel está reseca, ha aumentado de peso o presenta intolerancia al frío.

Despierta y se vuelve a dormir muchas veces durante la noche.

Tiene dolor de cabeza.

Toma medicamentos, ya sean de prescripción o sin receta médica, o se consumen drogas que pueden causar fatiga o somnolencia.

Está triste o deprimida.

Tiene insomnio.

Lo que se puede

esperar en

el consultorio:

El médico elabora la historia clínica y lleva a cabo un exámen físico completo, prestando atención especial al corazón, ganglios linfáticos y la glándula tiroidea. La persona que realiza el exámen puede indagar sobre el estilo de vida, hábitos o los sentimientos del paciente.

ALGUNAS DE LAS PREGUNTAS PUEDEN SER:

¿Hace cuánto tiempo sufre de fatiga? ¿Se ha desarrollado recientemente o hace mucho?

¿En el pasado ha padecido de fatiga? Si es así, ¿se presenta en ciclos regulares?

¿Cuántas horas duerme cada noche? ¿De qué hora a qué hora? ¿Se despierta sintiéndose reposado o fatigado? ¿Se despierta durante la noche? ¿Tiene problemas para dormirse? ¿Ronca o alguna persona que duerme cerca de usted le dice que ronca?

¿El nivel de fatiga permanece constante durante todo el día? ¿La fatiga empeora a medida que transcurre el día?

¿Se siente aburrido, infeliz o decepcionado?

¿Cómo son sus relaciones?

¿Ha muerto recientemente alguna persona querida?

¿Ha tenido más actividad (física o mental) últimamente?

¿Cuál es la dieta?

¿Hace ejercicio en forma regular?

¿Presenta otros síntomas como dolor, dolor de cabeza o náuseas?

¿Tiene algún cambio en su apetito (mayor o menor) o en su peso (aumento o disminución)?

¿Se queda dormido durante el día?

¿Qué medicamentos está tomando (con o sin receta)?

Los exámenes diagnósticos que se pueden llevar a cabo son, entre otros:

Exámenes de sangre para detectar anemia, una posible infección y controlar la función tiroidea.

Análisis de orina.

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