BOGOTA (AFP).- El reelecto presidente colombiano, Alvaro Uribe, dijo al asumir ayer, lunes, su segundo mandato que está dispuesto a negociar con los grupos armados ilegales, pero advirtió que no va a permitir una “paz engañosa”, y les reclamó “hechos irreversibles” como condición para abrir un diálogo.

“Nunca permitiremos la paz engañosa que cualquiera quiera asegurar basado en la capacidad criminal que le permita torcer la voluntad democrática”, dijo el mandatario de derecha, que inició un segundo cuatrienio consecutivo de gobierno.

Uribe, que se abstuvo en su discurso de aludir específicamente a cualquiera de los grupos armados, les pidió hechos de paz que demuestren su voluntad de conseguirla.

“Reitero nuestra voluntad de lograr la paz, para lo cual únicamente pedimos hechos. Hechos también irreversibles que expresen el designio de conseguirla”, puntualizó el mandatario, quien hace cuatro años -al asumir el primer mandato- había prometido derrotar militarmente a las guerrillas izquierdistas.

“Con hechos de paz los ciudadanos apoyan el diálogo y la fuerza pública siente retribuida su misión de proteger al universo ciudadano sin excepción alguna”, agregó.

Seguidamente advirtió: “En medio de la violencia, el diálogo se desgasta y la búsqueda de la paz desmotiva la tarea de la institución armada legítima”.

Sobre ese postulado, Uribe reafirmó la vigencia de su política de “seguridad democrática”, de lucha contra los grupos armados ilegales, iniciada en su primer mandato y que ha enfocado básicamente a combatir la principal guerrilla del país, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas).

Sin embargo, Uribe afirmó que “no nos frena el miedo de negociar la paz”.

“Confieso que me preocupa algo diferente: el riesgo de no llegar a la paz y retroceder en seguridad. La paz necesita sinceridad. Por eso los hechos irreversibles de reconciliación deben ser el enlace entre seguridad y paz”, añadió.

En su primer gobierno Uribe negoció las desmovilización de 31.000 paramilitares que integraban las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), inició en Cuba un diálogo exploratorio con la segunda guerrilla del país, el Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista).

Por el contrario, ha combatido a las FARC, las que se han abstenido hasta ahora de cualquier diálogo con Uribe, al que califican de “cipayo (sirviente) predilecto de Washington”.