BOGOTA (AFP).- La guerrilla colombiana de las FARC rechazó la propuesta de reunirse en un municipio del suroeste del país para tratar el tema del canje humanitario y reiteró su exigencia para que el gobierno desmilitarice dos poblaciones de la zona, pero el presidente Alvaro Uribe la rechazó.
En un acto público este martes en la ciudad de Barranquilla (norte) del país, Uribe advirtió que su gobierno no acepta la propuesta de la guerrilla.
«No podemos, por respeto a nuestra Fuerza Pública. (…) No podemos porque en el momento en que nos retiremos de allí, dejamos de cumplir nuestra responsabilidad de proteger a los ciudadanos de (los municipios de) Pradera y Florida», añadió el mandatario durante un congreso de comerciantes.
Uribe respondió así a un comunicado expedido la noche del lunes por el Secretariado del Estado Mayor Central de esa guerrilla, en que reitera su exigencia de que el gobierno retire a soldados y policías de esos dos municipios del departamento del Valle (suroeste) durante 30 días para negociar allí el canje.
En su comunicado las marxistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) desestimaron un ofrecimiento para que el encuentro se realizará en el caserío de Aures, también en el departamento del Valle.
«Razones militares impiden desarrollar el encuentro en Aures, municipio de Caicedonia (380 km al suroeste de Bogotá), a cuyos habitantes el país entero les reconoce y agradece su contribución», reza el comunicado rebelde.
«A los familiares les sugerimos propongan al gobierno que por sólo 30 días libere de fuerza pública los municipios de Florida y Pradera para realizar la reunión», añade el texto.
Las FARC aseguran en el texto que durante anteriores intentos de realizar acercamientos con el gobierno han sido objeto «de provocaciones militares» que ahora «debemos evitar ya que podrían complicar indefinidamente cualquier posibilidad».
«Somos los más interesados en precisar los términos y materializar el intercambio, pero con plenas garantías. Todo lo demás que se afirme, como la fantasía del corredor estratégico, es engaño, especulación infame y disculpa pueril», concluye el comunicado.
El anuncio de las FARC causó desilusión a familiares de los secuestrados y a sectores que como la Iglesia han acompañado los esfuerzos por alcanzar un acuerdo humanitario.
Monseñor Fabián Marulanda, presidente de la Conferencia Episcopal se declaró «apesadumbrado y muy preocupado» tras el anuncio rebelde. «De todas maneras esta decisión entra en la dialéctica de tire y afloje que han mantenido las partes pero no debemos perder la esperanza», aseguró.
Por su parte, Angela Giraldo, hermana del diputado del departamento del Valle, Francisco Giraldo, secuestrado en 2002, dijo que el lapso de 30 días propuesto por las FARC para desmilitarizar Pradera y Florida «es un tiempo prudente, que no pone en riesgo la política de seguridad democrática del presidente Uribe».
Giraldo destacó como esperanzador que en las FARC no ponen en su comunicado condiciones difíciles como la repatriación de los líderes rebeldes alias ‘Sonia’ y alias ‘Simón Trinidad’ -actualmente en prisiones de Estados Unidos- que habían mencionado antes.
«El comunicado es valioso. No agrede al gobierno y en esa medida es alentador porque no cierra las puertas. Aquí resta encontrar los puntos de coincidencia» dijo, por su parte, Fabiola Perdomo, portavoz de los familiares de los secuestrados.
Uribe había abierto una nueva puerta al intercambio, al aceptar el pasado 10 de agosto que el diálogo se realizara en el caserío de Aures.
En el intercambio humanitario, las FARC han propuesto entregar a unos 59 secuestrados (políticos, policías y militares colombianos y 3 extranjeros) a cambio de unos 500 rebeldes presos.