El pene esta compuesto por tres estructuras: dos cuerpos cavernosos y un cuerpo esponjoso. Cualquier defecto en estas estructuras va a tener como consecuencia una erección peneana anormal.

La curvatura del pene puede ser congénita (de nacimiento) o adquirida. Generalmente la congenita se nota inmediatamente después que el hombre comienza a tener erecciones, y se puede deber a una asimetría de los cuerpos cavernosos. Muchas veces pasa desapercibida pues los jóvenes no se dan por enterado a menos que alguien se lo refiera y cuando lo notan puede ser causa de que el joven evite tener relaciones sexuales porque sienta temor.

La incurvación del pene no está relacionada a la masturbación, a menos que durante la misma haya trauma de los cuerpos cavernosos.

La incurvación adquirida o enfermedad de Peyronie es un trastorno que aún se desconoce exactamente por qué se produce y por tanto no tiene un tratamiento específico. Generalmente ocurre en edad madura y se caracteriza por dolor e incurvación del pene durante las erecciones y una fibrosis o induración palpable en el área afectada.

Luego de varios meses el dolor desaparece y queda como consecuencia la curvatura. En algunos pacientes se puede acompañar de disfunción eréctil (fallo en la erección) y complicar aún más el cuadro.

En ambas condiciones de curvatura, ya sea de nacimiento a adquirida, la decisión de operar para enderezar el pene y que este sea funcional se tomara dependiendo del grado de curva que tenga el paciente y de la dificultad para penetrar al momento de tener relaciones sexuales.

Muchas veces es una curvatura mínima y no se debe operar pues con la cirugía se puede afectar un poco lo que es la longitud del pene. Ahora bien si además de la curvatura el paciente manifiesta disfunción eréctil entonces el tratamiento adecuado sería la colocación de una prótesis de pene y así se corrige la erección y la curva en un solo procedimiento.