Urología de hoy

Urología  de hoy

MeryCarla Pichardo

Hola, tengo 46 años, desde hace 2 años he notado que se me salen los pipis cuando tengo deseos de orinar, y no me da tiempo de llegar al baño. A principios solo eran gotas pero ahora tengo que usar paños protectores y esto interfiere en mi vida día a día.

La vejiga hiperactiva es una enfermedad crónica en la que la vejiga se contrae involuntariamente antes de que podamos ir voluntariamente a orinar.
¿Cuándo debemos sospechar este diagnóstico? Los síntomas que caracterizan esta entidad son la urgencia (sensación de que si no vamos rápido a orinar podría salirse), incontinencia de urgencia (la orina se sale porque no nos da tiempo de llegar al baño), frecuencia urinaria (orinar en un periodo menor a 2 horas) y nicturia (levantarse de noche a orinar).
Es muy importante asegurarse que los síntomas no se deban a infecciones, inflamaciones u obstrucciones en vías urinarias.
¿Quién puede enfermarse de vejiga hiperactiva y a qué se debe?
Puede afectar todas las edades desde niños hasta ancianos, y ambos sexos hombres y mujeres.
Según su causa, existen dos tipos de vejiga hiperactiva: La neurógena, que se da en pacientes con enfermedades neurológicas como las llamadas trombosis o derrames cerebrales o algún problema de la médula espinal. La idiopática, que es la que no tiene una causa identificable, esta es la más frecuente.
¿Qué opciones existen para su manejo? Inicialmente debemos hacer cambios en el estilo de vida, alimentación, evitar los irritantes de las vías urinarias, que se encuentra en café, té, bebidas con cafeína (cola, energizantes) y alimentos picantes.
Cuando no es suficiente controlar los síntomas con estas medidas se pasa al tratamiento médico con medicamentos tomados por vía oral que inhiben estas contracciones involuntarias de la vejiga. Estos medicamentos deben usarse por períodos prolongados de tiempo, mínimo 8 semanas (2 meses), para comprobar si serán efectivos o no.
En casos en que no obtengamos resultados satisfactorios, queda la opción que se conocen como tratamientos de tercera línea. En este sentido existen dos modalidades:
1. La inyección en la vejiga de toxina botulínica (Botox) y 2. La Neuromodulación, que consiste en colocar una especie de marcapasos a los nervios que van hacia la vejiga. Estas dos últimas opciones deben ser manejadas por un urólogo especialista en trastornos del piso pélvico.

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