Las infecciones urinarias se refieren a la presencia de bacterias en algún punto de las vías urinarias (Riñón, uréteres, vejiga). Representan las infecciones por bacterias más frecuentes y la segunda causa de muerte por bacterias luego de las infecciones de las vías respiratorias.

En Estados Unidos aproximadamente 7 millones de pacientes consultan anualmente por infecciones de orina.

Las mujeres son el género más afectado y se estima que a la edad de 24 años un 30 por ciento de las mujeres experimentaran al menos un episodio y al menos la mitad de las mujeres tendrán infecciones urinarias a lo largo de su vida.

Al ser esta una entidad tan frecuente tiene un impacto económico en los sistemas de salud.
Solo en Estados Unidos el costo anual de estas infecciones es de 2,100 millones de dólares.
En nuestro país extrapolamos que estos costos ascienden a los 1,000 millones de pesos al año.

La mayoría de las bacterias que afectan la orina son provenientes del colon, la más frecuente es la Escherichia coli.

Estas bacterias ascienden desde el área del perine a través de la uretra (conducto de salida de la orina) hasta llegar a la vejiga, ocasionándose una infección.
Los síntomas dependen del lugar de las vías urinarias afectado.

Por ejemplo cuando están a nivel de la vejiga se puede sentir ardor y/o dolor al orinar, el comúnmente conocido como mal de orines.

Cuando la infección llega al riñón aparte de los síntomas mencionados aparece dolor en el área lumbar y fiebre.

El diagnóstico de la infección de orina se hace a través de un cultivo de orina, en el cual podemos identificar la bacteria que la causa y también nos permite saber cual antibiótico es el adecuado para ese paciente.

Podemos hacer otros estudios como sonografía y/o tomografía abdominal a consideración del urólogo.

A veces estas infecciones aparecen más de tres veces al año, en este caso se considera que son recurrentes.

Es sumamente importante en el contexto de las infecciones recurrentes de orina NO automedicarse, consultar siempre a su urólogo antes de utilizar algún antibiótico, ya que cada bacteria es diferente y el utilizar un antibiótico inapropiado nos pone en riesgo de que la bacteria se vuelva resistente a los antibióticos.