Cualquier opción de manejo del cáncer de próstata, afectará la calidad de las erecciones del hombre. La recuperación parcial o total dependerá de la edad del paciente y de cómo eran sus erecciones antes del tratamiento, además de factores de riesgo como la diabetes, hipertensión, obesidad, tabaquismo, sedentarismo, etc.

Es importante antes de dar tratamientos para el cáncer de próstata, interrogar al paciente acerca de su vida sexual, pues muchos pacientes están bien con sus erecciones y luego de iniciar el tratamiento para su cáncer comienza la disfunción eréctil.

Actualmente las opciones de tratamiento para la disfunción eréctil son:
1- Las pastillas.
2- Las inyecciones intracavernosas.
3- El vacuum o dispositivo al vacío
4- Las prótesis o implantes de pene.

Esta última se reserva como el recurso final cuando los demás tratamientos fallan o el paciente no los tolera.
Existen varios tipos de prótesis de pene, las cuales ya están disponibles en el país. Tenemos las maleables o semi-rígidas que son dos cilindros de silicona que se doblan y se enderezan dependiendo del uso que se le de en el momento.

Estos dispositivos tienen la ventaja de que son de fácil colocación y el manejo es muy sencillo. Además de que el costo es mucho menor.

Las desventajas son que al estar los cilindros solidos el pene siempre aparentará erecto y segundo tendrá el paciente que aprender a ubicarlo de manera tal que no se le note un bulto cuando esté en lugares públicos.

Las inflables son las que contienen además de los dos cilindros, una perita y un reservorio adicional. La perita se coloca dentro de la bolsa o escroto y el paciente se le enseña a ubicar para activar la prótesis.

La colocación se hace a través de un procedimiento quirúrgico, bajo anestesia general como procedimiento ambulatorio en la mayoría de los casos y una recuperación de unas 4 a 6 semanas. Cabe destacar que todos los elementos de la prótesis quedarán por dentro y no se notará nada por fuera.