URSS inició carrera espacial

URSS inició carrera espacial

MOSCU, (AFP) – El 4 de octubre de 1957 la Unión Soviética enviaba a órbita el primer satélite artificial de la historia, el Sputnik, iniciando una carrera con Estados Unidos que extendía los confines de la Guerra Fría hasta el espacio.

   El Sputnik, una bola metálica de 83 kilos dotada de cuatro antenas y dos transmisores de radio, despegó a las 02H28 gracias en un cohete R7, el antepasado del Soyuz, desde la estepa de Kazajistán. El mismo sitio del que partiría el 12 de abril de 1961 el primer hombre que viajó al espacio, el ruso Yuri Gagarin.   «Preparamos el lanzamiento del Sputnik sin muchas esperanzas. En aquella época, nuestro objetivo primordial era la puesta a punto de un misil de combate», recuerda el constructor Boris Chertok, uno de los creadores de los primeros cohetes soviéticos R7 y colaborador de Serguei Korolev, padre del sector espacial soviético.

   Tras los tres accidentes sufridos por el misil R7, luego convertido en cohete, Korolev propone entonces otro proyecto, a saber, un satélite artificial.

   Puesto que la URSS intentaba ya construir un aparato que estudiara la atmósfera y el espacio, Korolev tuvo la idea de fabricar un satélite simplificado, con «dos hemisferios, un transmisor de radio, antenas y un sistema de alimentación», según cuenta Chertok.

   Temiendo que los estadounidenses lanzaran un satélite el 5 de octubre con motivo de una conferencia internacional, Korolev decidió acelerar los trabajos.    El 4 de octubre el Sputnik fue puesto en órbita y comenzó a emitir su famoso «bip bip».

Un logro que en la Unión Soviética de entonces simbolizaba, más que la rivalidad con Estados Unidos, el optimismo que sucedió a la muerte del dictador Josef Stalin en 1953.   

Aunque el lanzamiento apenas ocupó unas discretas líneas en el Pravda, la prensa occidental pronto se hizo eco del potencial propagandístico y de la «amenaza» militar que suponía el Sputnik por parte de Moscú.

   EEUU, por su lado, no tardó en ponerse manos a la obra, sobre todo al ver que la URSS lanzaba un mes más tarde al espacio el primer ser vivo a bordo del Sputnik 2: la perrita Laika.   

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