MONTEVIDEO (EFE).- Los uruguayos concurren hoy domingo a las urnas para cambiar la historia política del país, gobernado en los últimos 170 años por los partidos tradicionales, el Colorado y el Nacional.  La coalición de izquierda Frente Amplio-Encuentro Progresista parece encaminada a ganar las elecciones en la primera vuelta y acceder, por primera vez, al Gobierno nacional.

   De confirmarse los pronósticos, el oncólogo socialista Tabaré Vázquez, en su tercer intento, accederá al poder y el 1 de marzo de 2005 recibirá la banda presidencia de manos del actual jefe de Estado, Jorge Batlle, del Partido Colorado.

   De los ocho candidatos que aspiran a la presidencia, sólo el senador Jorge Larrañaga, del Partido Nacional, parece estar en condiciones de aguarle la fiesta a la izquierda, y para ello deberá sumar, además, los votos con el resto.

   Vázquez necesita obtener el 50 por ciento más uno de los votos emitidos para asegurarse la victoria en la primera vuelta, de lo contrario habrá una segunda vuelta, el 28 de noviembre, entre los dos candidatos más votados.

   La izquierda apuntó todas sus baterías a una victoria inmediata, en especial porque tiene malos recuerdos de las dos últimas elecciones, en las que su candidato fue el más votado de manera individual, pero perdió frente a la suma de votos de los candidatos tradicionales en 1994, y en la segunda vuelta de 1999, tras aprobarse entre una y otra convocatoria una reforma electoral.

   Un total de 2.487.584 uruguayos están llamados a participar en las elecciones. El voto es obligatorio, pero no se puede votar fuera del país, lo que determinó que al menos 35.000 uruguayos que viven en Argentina regresaran para poder sufragar.

   Observadores de cortes y juntas electorales de varios países latinoamericanos visitan Uruguay para presenciar los comicios y analizar «in situ» el sistema de votación, considerado uno de los más seguros de la región.

   A ellos se suman más de 60 periodistas extranjeros que llegaron a Montevideo para cubrir los comicios en los que se eligen, además, de presidente y vicepresidente, 30 senadores y 99 diputados.

   Los ocho partidos presentaron un total de 505 listas en los 19 departamentos del país, y en el padrón electoral hay 85.000 nuevos votantes con relación con las últimas elecciones.

   Ocho mil policías tendrán a su cargo la seguridad, la mitad de ellos en la capital, donde reside casi la mitad de los 3,3 millones de habitantes del país y cerca de 4.000 militares son los encargados de resguardar las urnas.

   Las mesas receptoras de votos se abrirán a las 08.00 hora local (10.00 GMT) y cerrarán a las 19.30 hora local (21.30 GMT) con la posibilidad de retrasar en 30 minutos el cierre en caso de que hubiera cola a la hora límite.

   La Corte Electoral, encargada del escrutinio, anunció que los primeros resultados oficiales se conocerán el lunes próximo por la madrugada.

   Desde media hora antes de la apertura de las urnas y hasta una hora después habrá en el país veda alcohólica, y las autoridades del Ministerio del Interior anunciaron que se realizará un control estricto de su cumplimiento.

   El viceministro del Interior, Alejo Fernández Chávez, señaló que las autoridades están en contacto permanente con los principales dirigentes políticos del país para prevenir que la jornada electoral, y los posteriores festejos, se realicen con normalidad.

   La campaña electoral transcurrió sin incidentes mayores, y sólo fue denunciada una agresión física, ataques con pintura contra sedes partidarias y la quema de una contraventana en la sede central del gobernante Partido Colorado.

   Aprovechando la gran movilización popular la asociación de trasplantados realizará una campaña en los lugares receptores de votos para invitar a la donación de órganos.

   Uruguay tiene el porcentaje más alto de donantes de órganos de América Latina -16,3 por millón de habitantes- y ya hay aproximadamente 540.000 personas que han manifestado por escrito su voluntad de ser donantes de órganos.

   A partir del lunes la Intendencia de Montevideo comenzará el retiro de carteles, banderas, fotografías y otros elementos de propaganda de los candidatos, que inundaron la ciudad y se presume que serán retiradas 14 toneladas de plástico.