Compañías especializadas están desarrollando en Estados Unidos injertos hechos de células vivas extraídas del prepucio de bebés para emplearlos en la cura de úlceras crónicas de las piernas que no quieren sanar, originadas por enfermedades en los vasos sanguíneos y por diabetes.
El podiatra Abraham Wagner, del centro de tratamiento de heridas del South Miami Hospital, explicó que se están empleando diferentes técnicas y productos para curar las úlceras que se presentan principalmente en personas mayores de edad.
En ese centro nos dedicamos a hacer pruebas avanzadas para el tratamiento de úlceras que son difíciles de cerrar, utilizando los productos y técnicas más profundas. Eso nos permite no solamente verificar la eficacia de ciertos tratamientos, sino también estamos tratando de ayudar a las compañías a encontrar las técnicas más adelantadas para cerrar las úlceras, lo cual es muy costoso, observó.
Las compañías con las que trabaja South Miami Hospital, que forma parte de la organización Baptist Health South Florida, usan fibroblastos de los prepucios de los bebés, los cuales son cultivados y multiplicados para hacer estos injertos.
Hay un injerto, que es el Dermagraft, que tiene fibroblastos vivos que los cultivan de un prepucio. Y de un prepucio pueden salir mil o dos mil de ellos.
Lo importante es que no se tiene que buscar un injerto de otro lado del cuerpo, que puede tener defectos, apuntó el doctor Wagner al dar la inforación.
Entre los nuevos productos que se están usando está una gelatina que tiene células vivas y que es sumamente cara: una onza es más cara que el oro, setecientos dólares un tubito pequeño. También, los injertos de ingeniería biológica. Dos de ellos son con células vivas y dos con tejido de cadáver, que no tiene células vivas.
Además, se está haciendo la técnica Iliazarov para el Mal de Charcot, que sufren pacientes a los cuales la diabetes les destroza los huesos. Esta técnica se está haciendo en South Miami Hospital.