Usarán en Colombia pistolas eléctricas en vigilancia

Usarán en Colombia pistolas eléctricas en vigilancia

BOGOTA, Colombia, AP. Con descargas eléctricas, en lugar de armas de fuego, la policía colombiana intentará neutralizar los problemas graves de seguridad en tres grandes ciudades.

A pesar de cierta resistencia entre la opinión pública, algunos uniformados que vigilan las calles de Bogotá, Medellín y Cali sumarán a su dotación un dispositivo de descarga eléctrica para combatir exclusivamente “peligros inminentes” como riñas o asaltos donde la vida de un ciudadano o de un policía esté amenazada.

Autoridades consultadas el lunes por The Associated Press explicaron que se trata de un plan piloto para reducir el uso de armas de fuego en los operativos de vigilancia y, con ello, disminuir los homicidios y el número de personas heridas que resultan de eventuales refriegas urbanas.

El experimento se desarrollará en los próximos tres meses y luego se evaluará su efectividad. Según los resultados se considerará su continuación y ampliación a otras ciudades.

El dispositivo, una suerte de pistola de plástico y con un peso de unos 400 gramos, descarga 1,2 miliamperios, cuyo impacto en el cuerpo humano impide el movimiento, al “experimentarse un calambre o tensión muscular de unos cinco segundos”, indicó a la AP el general Humberto Guatibonza, comandante de la policía de Bogotá.

El jefe policial negó que la descarga eléctrica perjudique la salud y así le salió al paso a quienes sospechan que los choques puedan causar la muerte.

Pero John Marulanda, experto en seguridad, dijo que cabe la posibilidad de que la descarga produzca algún efecto secundario en personas que sufren, por ejemplo, dolencias cardiacas o que su organismo no está en disposición de recibir el impacto, como es el caso de los niños.

Aunque pidió que las autoridades no se excedan en el empleo de los dispositivos, Marulanda consideró que es “una de las mejores decisiones” que ha adoptado la policía para preservar la vida.

“Las armas no letales —como las granadas de humo lacrimógeno— son muy efectivas en países como Colombia donde el 90% de las muertes no son por causa del conflicto armado sino fruto de riñas y peleas entre ciudadanos”.

En Cali durante 2013 se registraron 1.989 homicidios; en Bogotá, 1.283; y en Medellín, 924, según cifras de la máxima entidad de medicina legal que en su informe anual precisó que la mayoría de las muertes son por causa de violencia interpersonal.

La policía cuenta con 300 dispositivos, de fabricación estadounidense, que distribuyó entre sus efectivos en las tres ciudades. Cada aparato cuesta unos 2.200 dólares y permite 500 descargas efectivas de electricidad.

Al terminarse los disparos, deben ser reemplazadas. En opinión del analista político Juan David Cárdenas, el uso de estos dispositivos “necesita de protocolos claros y niveles de inteligencia emocional que no todos los policías tienen”.

Por ello, se mostró temeroso de que “en lugar de disminuir las tasas de violencia; la acción disuasiva genere mayor inconformidad y reste legitimidad a la institución policial”.

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