Estamos siendo amenazados por múltiples enfermedades que son transmitidas por los mosquitos y otros insectos. Para enfrentarlos hemos incrementado el uso de repelentes y de insecticidas, lo que nos expone a otros peligros.

La industria de los plaguicidas ha avanzado lo suficiente como para crear insecticidas que afectan mínimamente a los humanos y al ambiente en cantidades controladas y con un agradable aroma.

Para uso doméstico, los insecticidas son generalmente comercializados en formato de aerosol de fácil y rápida aplicación.

Recomendaciones. A pesar de estos avances nunca debemos olvidar que se trata de un producto químico peligroso que, si no se aplica de manera adecuada, puede afectar la salud de los humanos y al medio ambiente.

Existe además el riesgo de las reacciones alérgicas a sus componentes: muchas personas, en especial los niños, sufren de afecciones respiratorias por las reacciones alérgicas a químicos en el ambiente.

Sea cuidadoso en su uso y no se deje engañar por el agradable aroma que muchos poseen, no se trata de un perfume ambientador: Evite siempre el contacto directo con el aerosol. Aplíquelos en espacios libres de personas y solo permita el ingreso cuando las partículas no se encuentren en el aire, para evitar que sea directamente inhalado por los humanos.