Uso excesivo de fuerza

Uso excesivo de fuerza

Claudio Acosta.

La Policía Nacional dio otro paso importante, esta semana, hacia su institucionalización, con la presentación en sociedad del reglamento sobre el uso de la fuerza que normará el comportamiento de sus agentes, a los que se advierte que deben priorizar el uso de armas incapacitantes no letales para emplearlas cuando sea apropiado, pues la idea es restringir el empleo de medios que puedan ocasionar lesiones o provocar la muerte. Por supuesto, los miembros de la institución, oficiales superiores incluidos, deben leer muy bien, hasta aprendérselo de memoria, lo que dice ese reglamento, el primer y necesario paso para cambiar toda una cultura represiva que incluye, cómo no, los excesos tantas veces denunciados, empezando por el más extremo: el intercambio de disparos. Y como eso no va a suceder de un día para otro, se puede afirmar que los esfuerzos del mayor general Manuel Castro Castillo por cambiar esa cultura represiva apenas empiezan, como se puede asegurar también que será una tarea difícil y llena de obstáculos. Uno de esos obstáculos es la propensión del policía dominicano a disparar primero y preguntar después, como si no hubiera otras opciones. Romel Ayala, un estudiante de medicina de 24 años, es la más reciente víctima de ese comportamiento, al recibir seis disparos en las piernas de una patrulla que lo confundió con un “peligroso delincuente”, pero que no le permitió, a pesar de su insistencia, identificarse. Esa clase de denuncias son tan frecuentes que resulta difícil creer que un simple reglamento cambiará una manera de actuar tan arraigada, pero hay que darle la oportunidad al general Castro Castillo de que lo intente y, sobre todo, apoyarle, pues los ciudadanos seremos los principales beneficiarios de ese cambio. Mientras tanto, debe investigarse lo ocurrido al estudiante de Barahona, donde se ha denunciado que más de veinte jóvenes han quedado inválidos por el uso excesivo de la fuerza policial.

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