La acentuada dependencia al uso de Internet a través de teléfonos inteligentes ha sugerido que su uso es tan adictivo como el de la droga. Y esta insinuación no está muy lejos de la realidad. Además del estrés que produce cualquier actividad repetitiva, los asiduos pueden manifestar problemas de atención, descuido de sus relaciones y, peor aún, daños en algunas de sus facultades.
Tomar esta forma de comunicación como única forma de contactar a los demás, hace que las habilidades sociales de los individuos se vean atrofiadas. En el caso del desarrollo mental aún no se ha comprobado que haga daño a largo plazo, aunque en la memoria sí crea cambios significativos, dice la psicóloga del Centro Vida y Familia, Kaly Báez.
Señala también altos grados de ansiedad porque los usuarios tienen que separarse de estos aparatos para poder mantener buenos trabajos, calificaciones, relaciones de pareja y sociales.
A esto se suma el riesgo de que la exposición a ondas electromagnéticas genere algún tipo de cáncer, según el ingeniero en Electrónica y Telecomunicaciones Hiddekel Morrison.
Sociedad virtual. La mayoría de los casos de dependencia están relacionados con el uso de servicios de redes sociales, comunidades en Internet donde los miembros comparten información multimedia. Comunidades como Facebook, Twitter o MySpace donde muchos sienten la necesidad compulsiva de actualizarse y dejarse sentir, valiéndose para ello de herramientas como los smartphones.
Para el sociólogo Juan Miguel Pérez las redes sociales son una vitrina privilegiada de valiosa información sobre las estructuras y dinámicas sociales, así como de la composición y estrategias de los actores sociales que le dan vida. El incremento del uso del Internet móvil, descansa en un mayor uso del espacio virtual por razones laborales, pero también por razones sociales. Estas razones procuran satisfacer necesidades particulares como la exhibición, la auto-promoción, el consumo de información (los chismes por ejemplo). Son formas asumidas por una contemporaneidad para construir su dignidad social, es decir, su importancia en una comunidad, su derecho a ser alguien, su voluntad de ser contado y tomado en cuenta, explica Pérez.
Al referirse a la aparición de sofisticadas herramientas de comunicación dice que ocurre en respuesta al ritmo vertiginoso en que se desarrollan las sociedades, y destaca que, si bien una persona puede vivir sin Internet, la vida moderna esta cada vez más asociada a esta herramienta.
Cuide su mano. Así como sucede con el uso excesivo e incorrecto del mouse o el teclado, la sobreutilización de sus articulaciones para manejar estos aparatos pudiera causar daños a su mano. Aunque no lo aseguran estudios especializados, se puede partir de casos sucedidos con otros objetos electrónicos para suponerlo. Según el ortopeda y traumatólogo Andy de León existen varios síndromes de las articulaciones de la mano, pero no son exclusivos de los smartphones sino también de otros objetos electrónicos.
El uso del mouse y el teclado con un apoyo directo hará que el área del carpo (a nivel de la muñeca) esté comprimida y se desarrolle el síndrome del túnel carpiano que se manifiesta con dolor, parestesia, pesadez en las manos, dolor y limitaciones en funciones básicas de la mano, dice.
Pulgar Blackberry
Expertos han descrito un mal llamado pulgar Blackberry, consecuencia de someter al pulgar a movimientos no propios de él. Sobre esto de León aclara que la mano tiene la facultad de realizar esos movimientos, pero no significa que sea invulnerable. Comunicarse a través de estos dispositivos es fácil pero ¿cuantos movimientos tiene que hacer tu pulgar para enviar un mensaje? Mientras mas se use el celular más estarán involucradas tus articulaciones. Pero para llegar ahí debe hacerse un uso muy exagerado.