Usuarios llenan oficinas públicas

Usuarios llenan oficinas públicas

POR GERMAN MARTE
El último día laborable en las oficinas públicas de la gestión de Hipólito Mejía se caracterizó por una inusitada afluencia de público a varias oficinas gubernamentales, en un esfuerzo «final» por conseguir títulos de propiedad de apartamentos y terrenos, cobrar alguna deuda o conseguir un motor del Plan Renove.

Bienes Nacionales, Savica, las oficinas del Plan Renove, el Consejo Estatal del Azúcar (CEA) y el Instituto Nacional de la Vivienda (INVI) fueron prácticamente abarrotadas por cientos de personas que, desesperadas, buscaban solución a sus problemas.

La más concurrida de todas las instituciones públicas fue el Instituto Nacional de la Vivienda (INVI), donde se observó un grupo de hombres y mujeres forcejear con los militares que controlaban el acceso a esa dependencia.

Denuncias de macuteo, tráfico de influencia y otras quejas eran comunes en el lugar, mientras se observaba a algunos personas que desde dentro cabildeaban con los militares el paso al lugar de algún conocido.

«Yo nunca había visto a un coronel recibir tantos empujones y tantos insultos como ese que está ahí», en la puerta del INVI, dijo una señora.

El oficial, junto a varios subalternos, hacía esfuerzos por controlar la situación, pero sus esfuerzos eran insignificantes frente a la desesperación de la gente.

Allí había gente de Cotuí, Guerra, San Juan de la Maguana, Nagua, El Seibo, Mao, Bonao, Hato Mayor, La Romana, Sabana Perdida, San Luis, el Distrito Nacional y otros lugares del país. Algunos llevan varios días dando viajes a esta institución detrás de un título de propiedad de un apartamento. Varios dijeron que se les había convocado para ayer, algunos tuvieron suerte, pero la mayoría se quejaba por la lentitud del proceso.

María Pérez, de La Victoria, ha estado a la espera del título de una casa que le asignaron en el año 2,000. Dijo sentirse cansada de ir al INVI, «yo espero que este sea el último, pero lo dudo», respondió al ser cuestionada por HOY sobre el motivo de su visita. La señora se quejó por desorden reinante en el lugar.

Otras personas consultadas afirmaron que seguirían frente al INVI hasta que los atendieran.

Julian Sosa, relacionista del INVI, informó que debido al cúmulo de casos, la institución había decidido extender su horario e incluso trabajar sábado y domingo. Dijo que durante los últimos días han tenido que trabajar hasta las diez de la noche.

Sosa consideró «normal» el estado de desesperación de la gente, «porque ya desean adquirir sus viviendas ante la inminencia del cambio de mando». Explicó que el proceso es más lento debido a que el INVI está entregando las viviendas con sus respectivos contrato.

Cecilia Vásquez Gómez, de la Romana, dijo que se quedaría en el lugar hasta que la atendieran, «yo voy a esperar hasta la hora que sea, confío en Dios en que conseguiré mis papeles».

NO SE ACABO EL MUNDO

En Bienes Nacionales el día fue intenso, sobre todo para el personal del departamento jurídico el cual se mantuvo repleto de gente durante la última jornada de trabajo de la presente gestión.

«Los dominicanos tenemos la creencia de que los estados no son continuos y que ya se va a acabar hoy y que no habrá otra oportunidad, entonces todo el mundo acude al mismo tiempo», expresó Bartolo Méndez. 

«La gente piensa que el mundo se va a acabar hoy, pero no es así, la vida continúa después del 16 de agosto», dijo otro señor mientras hacía fila frente al departamento jurídico de Bienes Nacionales.

Entretanto, en el CEA una gran cantidad de personas copaban los departamentos en busca de títulos o de que les pagaran alguna deuda pendiente. A estas personas se sumaban ex empleados de varios ingenios en procura del pago de cesantía.

Asimismo, en Savica y en las oficinas del Plan Renove se observó una gran cantidad de personas. En el Plan Renove, dueños de guaguas que tenían pagarés atrasados acudieron a ponerse al día, justo antes del cambio de mando.

LLEVENSE LA FOTO DE HIPOLITO

En el INVI se puso a circular un memorándum en el que se le informaba a los empleados que todo el que los deseara podía llevarse para su casa una foto del presidente Hipólito Mejía y si no querían hacerlo se les instruía devolverla al departamento de Relaciones Públicas. El objetivo de esta medida es «evitar que el ciudadano presidente (la foto) sea maltratado por desaprensivos».

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