Usurpadores y dueños

Usurpadores y dueños

Usurpadores. Acerca del carácter de los pueblos se hacen toda clase de generalizaciones; se dice que los aragoneses son tercos, que los barceloneses suelen ser trabajadores y creativos; también oímos decir que los alemanes son disciplinados y laboriosos; que los gitanos se lían a cuchilladas por cualquier motivo. De los judíos se afirma que son sumamente inteligentes y previsores. Estas calificaciones tajantes abarcan argentinos, dominicanos, ingleses, norteamericanos y haitianos. Algo de todo esto subsiste en nuestras cabezas, como prejuicio o como acierto de psicología social. Ni siquiera Kant, el filósofo de la “razón pura” y la “razón práctica”, está libre de estas opiniones sobre los pueblos.

Kant escribió que España es el país del luto y de los antepasados. Aparece así en su libro “Antropología”. Sin embargo, los pueblos no son estáticos; pueden avanzar y desarrollarse o retroceder y caer en la decadencia. Es el tema central de la obra “Civilización, Occidente y el resto”, del historiador y economista Niall Ferguson. Cada pueblo tiene su historia, de la cual “destila” sus particularidades culturales. Estas características especiales condicionan su economía, su organización social, su política interna. Egipto fue un imperio que desapareció; las causas de la “decadencia de Roma” han sido estudiadas por historiólogos de todos los tiempos.

Japón se occidentalizó y creció hasta llegar a ser una gran potencia industrial; algo parecido ocurrió con los Estados Unidos. ¿Cuál es la razón de que unas naciones “suban” y otras “bajen”? ¿Podrán los países emergentes de Sudamérica alcanzar influencia mundial? El enorme desarrollo económico de la China continental plantea de nuevo el tema de quienes serán líderes de la civilización del futuro. En relación con las sociedades americanas, Ferguson recurre al expediente de comparar la colonización inglesa con la colonización española.

Dice Ferguson: “¿Por qué la Gran Colombia de Bolívar no pudo establecerse como núcleo de unos Estados Unidos de Latinoamérica? La respuesta superficial reside en su determinación de centralizar el poder y la resistencia de los caudillos regionales que llenaron el vacío dejado por el colapso español. Los sudamericanos no tenían experiencia en tomar decisiones por vía democrática”. Bolívar dijo en 1815: “no somos indios ni europeos sino una especie media entre los propietarios y los usurpadores”.

 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas