(ESPN.com).- Por fin. Después de años de tratar y tratar, el Utah Jazz ha logrado lo que pocos creían. ¿Como se recuperará Utah cuando ya no estén Karl Malone y John Stockton?  A Utah le está yendo realmente bien en Salt Lake City, donde solo tomó un par de años recuperarse de la pérdidas de dos jugadores del Salón de la Fama.

Al parecer, nada parece poder frenar al Jazz. Ni los analistas que predicaban una pésima temporada, ni las lesions, ni los arbitros que está cada vez más rigurosos, ni nada.

La gente se siente tan culpable por haber dudado de Utah el año pasado, cuando ganaron 34 juegos más de los que la mayoría predijo que cuando le hacen esa misma pregunta acerca de este año, generalmente responden 50. El Sábado enfrentaban a Detroit y muchas ya se preguntaban si seguirían el destino de los Pistons. Un equipo sin superestrellas, que juega en equipo y defiende muy bien.

«¿Quién no admiraría lo que ellos han hecho? Dijo O Connor. «Uno sería tonto de no dares cuenta lo que ha hecho Detroit con su equipo».

El plan era apuntar a juveniles aguerridos que pudiesen jugar a la manera de Jerry Sloan. Y en su primer verano con disponibilidad en el tope salarial, ofrecieron contratos a Corey Maggette y a Jason Terry, que luego fueron retenidos por los Clippers y Atlanta respectivamente. Si suman eso a la lesió de Matt Harpring al comienzo de la temporada, sus 42 victorias el año pasado, estuvieron cerca del milagro. Este año firmaron a Carlos Boozer y a Mehmet Okur. Esta vez las ofertas fueron tan buenas que ni Cleveland ni Detroit pudieron igualarlas. Grandes adquisiciones.

Con Sloan, de 62 años, como entrenador por decimoséptima temporada consecutiva -período más largo de todos en deportes americanos-, todo parece indicar que el Jazz estará en la postemporada una vez más este año. Okuer y Boozer se suman al multifacético Andrei Kirilenko y a un saludable Harpring. Ni uno de ellos supera los 28 años de edad.

Y el resto del conjunto no es para nada malo. Gordon Giricek es el especialista desde el perímetro. Raja Bell es el mejor defensor. Tres muy buenos bases en Carlos Arroyo, el sorpresivo Keith McLeod y Howard Eisley. Y más adelante en la temporada el Jazz espera aportes de Raúl Lopez y sus dos novatos Kris Humphries y Kirk Snyder.

«Les puedo decir que tendremos más respeto que el año pasado», dijo Arroyo.

Con un record de 4-1 esta temporada, sin haber contado con los lesionados Carlos Arroyo y Raúl Lopez, Utah está hambriento, pero es humilde. Si no preguntenle a Kirilenko que parece ser el alero que mejor ha lanzado el balón en la historia.

«Nuestra mayor preocupación no es donde estamos después de cinco partidos, si no donde vamos a estar durante la próxima temporada y la que le sigue», sentenció O´Connor. «Tenemos al mejor entrenador de la liga».

Pero sin importar que las expectativas sean mayors este año, el Jazz sigue ganando y despertando admiración. «Utah es un equipo profundo, duro y no egoísta, y eso los va a llevar lejos», señaló el arquitecto de los Pistons Joe Dumars. «Realmente me gustan mucho».

Uno sería muy tonto si no le gustaran.