Útiles utilizados

Útiles utilizados

Carmen Imbert Brugal

La tentación era reproducir el artículo “Jarrones Despreciados”, publicado en este espacio el 13.09.21. En esos días el presidente había convocado al liderazgo nacional para comenzar un Diálogo Nacional con el propósito de “iniciar una nueva etapa de cambios y transformación que el país demanda». Los presidentes que le precedieron no estaban en la lista.

La euforia triunfalista, avasallante, propiciaba la exclusión. Los presidentes del pasado, convertidos en delincuentes, a pesar de acuerdos sibilinos, tenían categoría de apestados.

La administración 2016-2020 fue desacreditada con éxito y el gobernante que obtuvo aquel irritante porcentaje de aceptación era, y es, insultado hasta por infantes.

Para conseguir el solio presidencial las oraciones no bastan. La lucha electoral es despiadada. Como en la guerra y en el amor, las armas letales son permitidas y el adversario debe ser destruido. El Cambio usó TNT y los escombros facilitaron ascenso y permanencia.

La descalificación de los presidentes fue bandera. Los opinantes competían, cada día creaban una historia de oprobio, de autoría y complicidad con el crimen. La plaza amenizaba gustosa.

En el artículo citado fue recreada la comparación de los ex presidentes con “jarrones chinos en un apartamento pequeño” hecha por Felipe González. “Es un objeto de valor, pero nadie sabe dónde ponerlo”. Años después, el otrora líder del PSOE, advertía: “el jarrón corre el riesgo de que un niño, con un codazo, lo acabe tirando a la basura”.

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Aquí, el codazo se produjo con amparo oficial. Y aquellos que un día gozaron del respaldo electoral, desde Palacio fueron sujetos de burla y desprecio. No hubo conmiseración. Ni la historia absolvería a esos personajes inexistentes, fantasmagóricos.

La apuesta por el menosprecio es temeraria. “Tirarlos a la basura es una opción que podría revertirse cuando el presidente concluya su gestión. Él conoce el poder de las tropas mediáticas oficialistas. Sabe que pueden convertir al Papa en paria. Debería cuidarse. La deferencia con los ex, su inclusión en las conversaciones enviaría un contundente mensaje de estado.” -artículo citado-.

Las organizaciones cívicas, portadores de la evangelización, expediente en manos, trabajaban en procura de la privatización de la administración pública y de la política. Impusieron a sus alfiles en puestos importantes. El pasado no existió. Comenzaba el trajinar por despachos para asesorar, azuzar.

Para la narrativa adánica, la inédita coexistencia de tres presidentes vivos y viables fue intrascendente. Desdeñaron su experiencia, validaron la cháchara de ocasión. Los más osados, cercanos al jefe de estado, personificación de la virtud, pedían la inhabilitación, la censura. Pretender el destierro acercaría a épocas superadas. Momento de gobernanza como asunto propio de una SRL.

Entonces ocurrió el reciente llamado a los réprobos. Se produjo el encuentro, para algunos histórico, para otros, formalidad simbólica que la emergencia obliga. Ahora queda la expectativa, la espera de las reuniones auspiciadas por el Consejo Económico y Social, ese CES, sin garras ni aciertos. Queda también la contradicción, propia de “Soberanía para Dummies”. Cruzada en cifras y engañifa. 15 medidas y la impotencia. La DGM reportando la cantidad de repatriados mientras sectores intocables solicitan regularizar 87, 000 inmigrantes. ¿Quién explica? ¿Quién entiende?

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