Copenhague, (EFE).- La isla holandesa de Utøya contará con un monumento en recuerdo de las 69 víctimas de la masacre del pasado 22 de julio, y su comedor, donde fueron asesinados muchos jóvenes, será derribado total o parcialmente. Así lo anunció hoy en Oslo Martin Henriksen, el presidente de la sociedad creada por las Juventudes Laboristas (AUF, por sus siglas en noruego), propietarias de la isla, para su administración.

Henriksen reveló que el fondo constituido tras la matanza de Utøya ha recaudado ya cerca de 21 millones de coronas noruegas (unos 2,7 millones de euros) y que, aunque todavía hay muchas cuestiones que tratar, ya se ha decidido erigir un monumento y el derribo del comedor, que alberga además varias salas de reuniones.

Allí fue donde el ultraderechista Anders Behring Breivik empezó a disparar a los primeros jóvenes que asistían al campamento de las AUF y donde muchos permanecieron encerrados durante horas hasta que el asesino fue capturado por la Policía. «Se hará porque no podemos esperar que la gente vuelva allí con el trasfondo de todo lo que ha pasado.

Yo mismo tendría problemas para realizar reuniones en esas salas, así que tampoco podemos esperar que otros no los tengan», afirmó Henriksen, ex secretario de las AUF. Henriksen aclaró también que si al final el fondo no usa todo el dinero recaudado, lo que sobre se destinará a honrar la memoria de las víctimas, pero en ningún caso irá a financiar las AUF o el Partido Laborista.

La Policía noruega devolverá la próxima madrugada a sus propietarios el control de la isla, que ha estado precintada desde el día de la matanza por motivos relacionados con la investigación.

 En ese tiempo Utøya sólo permaneció abierta este fin de semana para las visitas privadas de familiares de las víctimas y de supervivientes, dentro del programa conmemorativo que culminó ayer con una ceremonia en el Oslo Spektrum.

Allí, familiares, supervivientes y personal que colaboró en las tareas de rescate participaron en una emotiva ceremonia que se celebró un día antes de que se cumpla un mes desde que Breivik cometió el doble atentado, en el complejo gubernamental de Oslo y en Utøya, que en total causó la muerte a 77 personas.

Coincidiendo con el inicio oficial de las clases en la mayor parte de Noruega, el primer ministro, el laborista Jens Stoltenberg, y la ministra de Ciencia, Kristin Halvorsen, se acercaron hoy a la escuela de Skedsmo en Akershus, cerca de la residencia oficial del jefe de Gobierno, para dar la bienvenida a los alumnos.

 «No me puedo imaginar un modo más hermoso de empezar el futuro que queremos construir juntos después del 22 de julio que el inicio del año escolar. Se trata de futuro, de conocimiento, de tolerancia, en contraposición a los prejuicios y a la ignorancia que contribuyeron a la violencia que vimos», dijo el primer ministro.

Como otro signo de normalidad, Stoltenberg y el resto de los líderes de los partidos políticos entrarán de lleno a partir de hoy en la campaña para las elecciones municipales y regionales del 12 de septiembre, que llevaba una semana en marcha, pero que hasta ahora había mantenido un perfil muy bajo. EFE