¿Uva o terruño?

¿Uva o terruño?

Por Caius Apicius
MADRID, EFE.-
A la hora de elegir un vino, ¿por qué criterio se mueve usted? ¿Es de los que lo pide mencionando la variedad de uva con la que está elaborado, o se atiene más bien a su procedencia geográfica, a la región y terruño del que proceden esas uvas?

   Un reciente estudio pone de manifiesto que el consumidor europeo, especialmente el de los países productores tradicionales, como España, Francia o Italia, atiende sobre todo a la procedencia del vino; así, pide «un Rioja», «un Borgoña», «un Barolo»… Sabe, eso sí, perfectamente, que las uvas protagonistas de esos vinos son, respectivamente, la tempranillo, la pinot noir y la nebbiolo, de larga presencia en esas zonas vitivinícolas.    Según el mismo estudio, el consumidor americano da más importancia a la variedad de uva, y así pide «un chardonnay», «un cabernet sauvignon»… Tal vez influya el hecho de que en los países llamados «emergentes» -y les siguen llamando «emergentes» aunque se lleve haciendo vinos en ellos desde el siglo XVI- todavía no hay esa identificación vidueño-terruño clásica del Viejo Continente… entre otras cosas porque las viníferas llegaron de Europa.

   Es decir, que cuando yo pido un vino de Napa Valley, por poner un caso, tendré que especificar de qué vino, sobre todo de qué variedad, estoy hablando, porque en ese valle californiano hay cantidad de variedades, por supuesto europeas; en cambio, en Europa las variedades están más identificadas con una determinada zona, aunque, como es natural, no son exclusivas de ninguna.

   Lo evidente es que el vino lo hacen las uvas… pero no lo es menos que en las uvas influyen poderosamente factores geográficos, como el clima y el terreno. No es lo mismo un vino hecho con uvas de ladera que con uvas de fondo de valle, interviene también la orientación del viñedo… En una misma finca pueden hacerse vinos bastante diferentes con uvas de la misma variedad, pero distinta ubicación. Es una de las grandezas del vino.    Naturalmente, las uvas reconocen su suelo natal, su cuna; no es una cuestión sencilla dar con el origen de cada variedad, entre otras cosas porque abundan, cómo no, las leyendas; pero está claro que aunque haya chardonnays chilenos, californianos o sudafricanos muy estimables, un Montrachet sigue siendo un Montrachet. Sucede que cada vez se hacen mejores vinos en todas partes.

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