¿Va bien el país?

¿Va bien el país?

Desde luego que el país va bien, si hacemos una comparación con lo que dejaron los reformistas después de más de veinte años de gobiernos en el cual hubo de todo, desde olvidos y desprecios al pueblo, hasta una corrupción bien cualificada; pero estos fueron pasos perdidos. Ahora bien, si analizamos el presente, se puede demostrar que el país no va bien, porque aún pervive una justicia mediatizada; por ejemplo algunos tribunales sometidos a altas presiones, llegando al recorte hecho a su presupuesto por el Ejecutivo. El país no va bien, porque el partido en el Gobierno prometió acabar con la corrupción pero mantiene una indecisión indefinida y no actúa contra los corruptos de ayer y los del hoy; el país no va bien, porque el Gobierno y los altos funcionarios ganan sueldos muy lujosos y se gasta una inmensidad en viáticos de viajes al exterior y al interior, mientras la pobreza aumenta entre los dominicanos y los pobres viven atemorizados por la vergüenza de su marginación.  El país no va bien, porque a los pocos pensionados sólo les aguarda un cuadro de miseria sin esperanza de mejorar y sólo se acuerdan de ellos en los procesos electorales, y sin embargo, otros disfrutan de grandes pensiones. El país no va bien, porque aquí no funcionan las comisiones de investigación para resolver las urgencias de  las clases más necesitadas, todo es reducido a establecer fórmulas más o menos intermedias, que lo que hacen es hundirse en los laberintos de la nada. El país no va bien, porque estamos inmersos en un evento electoral y se le regatea a la Junta Central Electoral los fondos que se requiere, precisamente para un próximo año de elecciones, que es cuando más recursos requiere ese organismo, lo cual pone de manifiesto el daño que puede hacerse o está haciendo a nuestro sistema democrático y a uno  de sus principales instrumentos.

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