Una de las cosas elementales de una nación, es visualizar que el analfabetismo está asociado a las condiciones estructurales de la sociedad, y por ende, su reproducción está vinculada a las condiciones de pobreza y a la negación de acceso a la educación DE CALIDAD para toda la población.
Y resalto de calidad, porque a pesar de que sin duda alguna en nuestro país se han dado pasos agigantados en miras de lograr una alfabetización en el 100% de la población con el Plan Nacional de Alfabetización “Quisqueya Aprende Contigo”, de la Dirección General de Programas Especiales de la Presidencia (Digepep), es indiscutible que aún hay muchas cosas que revisar, reflexionar y mejorar. Un día como hoy, Día Internacional de la Alfabetización, debemos aprovechar para que se destaquen los avances en las tasas mundiales de alfabetización, pero también, analizar los problemas que quedan por superar en este campo. Más aún cuando la alfabetización es un componente clave para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, dentro del marco de la Agenda 2030.
La UNESCO proclamó este día, para subrayar la importancia del derecho a la educación en el desarrollo de las naciones, y la necesidad de redoblar esfuerzos para erradicar el analfabetismo en el mundo, en virtud de que la alfabetización es una condición imprescindible para el desarrollo y la salud de las personas, las comunidades y los países. Por lo cual, la alfabetización es una inversión imprescindible.
La alfabetización y la educación son cimientos sobre los que se puede construir un mundo mejor, puesto que las personas que saben leer y escribir están más capacitadas para elegir y llevar una vida más plena. Son personas más libres, trabajadores más productivos e individuos menos expuestos a la miseria y con mayor facilidad para adaptarse a nuevas circunstancias. El desarrollo económico, el progreso social y la libertad de los seres humanos dependen del establecimiento de un nivel básico de alfabetización en todos los países del mundo.
Una de las definiciones de la alfabetización que más me gusta, es la del pedagogo brasileño Paulo Freire: “La alfabetización es más, mucho más que leer y escribir. Es la habilidad de leer el mundo, es la habilidad de continuar aprendiendo y es la llave de la puerta del conocimiento”. Es por esto, que no se deben detener los esfuerzos de los Gobiernos y la cooperación internacional en este sentido.Normalmente cuando hablamos de alfabetización básica nos referimos a una persona que sabe leer y escribir, y las reglas elementales del cálculo. Pero según la UNESCO una persona es analfabeta cuando “no puede leer ni escribir una breve frase sobre su vida cotidiana”. Sin embargo, también existen millones de “analfabetos funcionales”, es decir, personas que saben leer y escribir una frase sencilla pero que no van más allá de eso. Por ejemplo, que no saben rellenar un formulario, interpretar un artículo de un periódico o usar los números.
¿Por qué? Porque la alfabetización va más allá que decodificar letras y escribirlas. Es un proceso de las personas que viven por etapa en su trayectoria humana que implica además elocuencia, participación y análisis crítico de la misma.