Vacaciones  antiestrés

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Llega Semana Santa y se acumula cierta ansiedad por tomar un respiro, un cambio de ritmo que parta la rutina. No tiene por qué embarcarse en grandes viajes, disfrute de lo cercano, si es lo que le apetece y sobre todo descanse. Aparte el estrés

Unas pequeñas vacaciones le reconcilian con el mundo, con su familia y consigo mismo. Aproveche el tiempo para hacer lo que más le gusta, estar con quien más quiere y relajarse.

La Semana Santa por sus específicas características invita al recogimiento. Seguro que no conoce en profundidad las manifestaciones religiosas que se celebran en su entorno. Aproveche para lanzarse a la calle siguiendo una procesión.

Si prefiere disfrutarlas fuera de su país, Jerusalén la celebra con fervor, a pesar de todos los conflictos que sacuden la zona, los cristianos de Tierra Santa y miles de peregrinos recrean la pasión y muerte de Jesucristo en Jerusalén reproduciendo en los Santos Lugares lo ocurrido según el mundo cristiano en el año 33.

El popular protagonista de “El Zorro”, Antonio Banderas, ha popularizado la Semana Santa de la tierra que le vio nacer, Málaga (España). Hace un año, el participó como mayordomo del trono de la Virgen de Lágrimas y Favores.

Otras cofradías como la de Jesús, el Cautivo, La Paloma o Los Estudiantes, reciben el apoyo de cientos de devotos que año tras año recorren el itinerario de sus tronos al paso que marcan las saetas y la música de Semana Santa.

El Jueves Santo en Málaga es el día del Cristo de Mena. Más de 120 miembros de la Compañía de Honor del Tercio Gran Capitán, primero de la Legión -agrupación militar de élite en España- desembarcan el Jueves Santo en las instalaciones portuarias de la ciudad. Allí, miles de personas se agolpan para acompañar al Cristo de la Buena Muerte en su traslado hasta la parroquia de Santo Domingo.

Después de una noche de procesión, una mañana al borde del mar y un resumen de vacaciones completas.

El mar, el mejor calmante

El mar, su sonido, el clima templado que favorece es un recurso fantástico para dejar los nervios a un lado. Cerca de la playa, las tensiones se reducen y los paseos al atardecer son el mejor calmante.

La península de Varadero puede convertirse en ese destino deseado en el que con el mar de fondo, tumbarse sobre una hamaca. No tendrá problema para encontrar alojamiento entre la variada oferta que le proponen los complejos hoteleros.

En los alrededores, además de disfrutar de ciudades históricas puede vivir toda una aventura recorriendo los cayos y haciendo submarinismo.

Si lo que desea es una buena dosis de playa, no deje de visitar Cayo Blanco. No tiene la fama de Cayo Largo o Cayo Coco, pero también merece la pena conocerlo.

En Cayo Blanco la arena es más fina que en Varadero y en la excursión, de casi un día de duración, podrá hacer snorkel -buceo sólo con gafas y tubo de respiración-, degustar una langosta sabrosa y hasta bañarse con delfines.

EFE/ Reportajes

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