Vacuna contra el hurto infantil

<p>Vacuna contra el hurto infantil</p>

MAURO CASTILLO
Cada vez más se hace necesario orientar a la nueva generación de padres para que sus hijos puedan alcanzar el sano desarrollo físico y mental en forma adecuada.

Desde la primera y segunda infancia los niños van experimentando grandes transformaciones con la aparición de la autonomía de la marcha y el simbolismo de todas las cosas, que les dará la capacidad de poder interactuar con todo su entorno por medio del lenguaje hablado, dando inicio así a la socialización dentro del seno familiar.

Después de los tres años podrá pasar a la gran institución que más ayudara en la socialización la Escuela maternal, kinder, pre-primaria y primaria.

Después que ya el niño tiene adquiridas estas condiciones básicas de su desarrollo psicosocial, deseamos exhortar a los padres que se cumplan los siguientes pasos para que podamos garantizar las verdaderas vacunas preventivas contra el hurto infantil:

PRIMER PASO:
Cumplir con las exhortaciones que hizo J. J. Roussean en su obra “El Emilio o de la Educación” cuando dice: “Si quieres hacer infeliz o miserable a tu hijo complácele en todo”. (Ver pag. 103 de la obra Emilio o de la Educación. Ed. Garnier- Flasmarion, París 1966).

Esta sentencia lapidaria de Rousseau trata de llevar a los padres la importancia de ir desarrollando en cada niño la capacidad para tolerar las típicas frustraciones que tendrán que enfrentar durante todo el devenir de su propia vida, pudiendo así resistir el deseo de poseer todas las cosas que sean de su agrado, llegando a saber esperar el momento en que se le pueda complacer en cualquiera que sea su capricho del momento. Que bien podría ser una golosina, un juguete, dinero para comprarse algo que le atrae, etc.

SEGUNDO PASO:
Sabemos que existen en los hogares padres que manejan mucho dinero que tienden a dejarlo a la vista y alcance de los niños, situación provocadora que siempre debe evitarse.

Veamos estos dos ejemplos de nuestra casuística: 1) Un niño de 10 años que siempre observaba en horas de la mañana a su padre en el momento que abría la caja fuerte para sacar dinero. Un buen día el niño se apareció en la casa con un instrumento musical y dijo que se lo habían obsequiado como regalo, pero en realidad, él lo había pagado con un dinero que tomó de la caja fuerte aprovechando la ausencia del padre, pues ya se había aprendido la combinación observando durante varios días a su propio padre.

2) En este otro caso, se trata de un niño de 9 años, en que el padre era comerciante y acostumbraba a dejar una fuerte suma de dinero en efectivo en su habitación sin cuantificar el monto. En cierta ocasión la directora del Colegio se dirigió a los padres advirtiendo que el niño llevaba mucho dinero que gastaba con varios de los compañeros de clase brindándoles de manera espléndida de todas las meriendas que se ofertaban en la hora de recreo.

La madre comenzó a investigar y pudo encontrar en los bolsillos del niño varias papeletas de cien pesos, que tomaba a escondidas del mismo dinero que el padre dejaba día tras día en su propia habitación.

TERCER PASO:
Los padres o tutores deben estar siempre atentos al desenvolvimiento de los gastos de sus hijos y como adquieren los valores para comprar muchas cosas que en realidad no están a su alcance.

Pero lo más importante para obtener que el niño abandone esa conducta de adueñarse de cosas que no le pertenecen es que la madre se torne mucho más amorosa, expresándoles con frecuencia ese maravilloso sentimiento de amor que hace a todas las criaturas sentirse tan valorizadas, lo que aumentará su autoestima, desapareciendo la necesidad de hurtar objetos para atraer la atención y el cariño de la madre.

Según D.W. Winnicoet el niño que roba un objeto no busca dicho objeto en sí, sino a la madre sobre la cual él tiene derechos. Estos derechos resultan del hecho de que, “desde el punto de vista del niño” la madre ha sido creada para él (Ver pag. 910 Manual de Psiquiatría Infantil de J. DE AJURÍAGUERRA; Tercera Edición, Toray Masson, S.A. Barcelona 1976.

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