La vacunóloga británica Sarah Gilbert, que lideró el equipo que creó la vacuna de Oxford/AstraZeneca contra la COVID-19, no espera que las mutaciones del coronavirus que provocan la enfermedad hagan necesario cambiar su composición en los próximos meses porque ya han demostrado que “funcionan con todas las variantes”, aunque también ha reconocido que siguen almacenando datos para generar nuevas fórmulas si fuera necesario.
Esta bióloga especializada en el desarrollo de vacunas contras la gripe y otros patógenos emergentes, y que dirigió el grupo que desarrolló la vacuna británica, es una de los siete científicos que este viernes recibirán en la cuidad española de Oviedo el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica por su contribución al desarrollo de las primeras vacunas contra la COVID-19.
Junto a Gilbert, recibirán este galardón de manos del rey de España Felipe VI, el fundador de Moderna, Derric Rossi, el inmunólogo Drew Weissman, la bióloga Katalin Karikó, el bioquímico Philip Felgner, los doctores Ugur Sahin y Özlem Türeci.
Con 59 años y dedicada a la investigación en la Universidad de Oxford desde la década de los 90, Gilbert sí que considera que en la segunda generación de vacunas frente a la COVID-19 sería interesante mejorar su termoestabilidad ya que las actuales tienen que estar congeladas o requieren de refrigeración y sería mejor que se pudiesen almacenar a temperatura ambiente.
Ya hay fórmulas que podrían permitirlo, aunque es preciso seguir investigando en esa línea, según Gilbert, quien ha reconocido que otra mejora que puede darse desde el punto teórico, pero que no se podrá aplicar rápidamente, es la posibilidad de aplicar la vacuna con un espray nasal que vaya directamente a los pulmones.
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Tratamientos anticovid para niños
Existen algunos aerosoles que en el caso de la gripe se dan a los niños, pero aplicar este sistema en la COVID-19 “no será algo muy rápido”, en opinión de la científica británica para quien, a falta de decidir si se procederá a la vacunación de los más pequeños, hay que tener en cuenta que durante la infancia es normal tener infecciones, que no son graves y crean una inmunidad personal.
En el Reino Unido ya hay en marcha un estudio entre menores de 12 años que pretende obtener datos sobre las reacciones que les provocan las vacunas anticovid y las respuestas inmunológicas que despiertan, un estudio que se pondrá a disposición de los políticos, ha señalado la científica en una rueda de prensa telemática desde Oviedo.
Ante las reticencias que ha despertó la vacuna de AstraZeneca a la hora de aplicarse en algunos tramos de edad, ha asegurado que han arrojado datos excelentes y se han demostrado eficaces para prevenir hospitalizaciones y muertes por lo que no cree que haya dudas sobre su aplicación en todas las franjas de más edad.
Y ante los negacioncitas, ha señalado que “está muy claro que para los adultos los beneficios de las vacunas son mayores que los riesgos” por lo que les ha pedido que “no las rechacen y no las desprecien si no lo entienden” y que sí es así “se tomen tiempo para documentarse».