En la obsesión de descalificar a China y Rusia, y cerrarles el paso, con especial énfasis en bloquear todo lo que proceda de Beijing, EEUU y sus portavoces emprendieron una cruel campaña contra la eficiencia de sus vacunas para que las naciones no las adquirieran o recibieran. “Cruel” campaña porque pretendía impedir que países que no podían adquirir los antígenos occidentales, inocularan a sus poblaciones, marginadas del “nacionalismo de vacunas”. Así ha sido calificado el desmedido e inhumano acaparamiento de antídotos en que todas las naciones avanzadas han incurrido recostadas, sin miramiento humano alguno.
La “diplomacia de las vacunas”, como a su vez los altavoces internacionales han bautizado el envío de antígenos chinos y rusos a decenas de países, ha salvado millones de vidas así como el brutal “nacionalismo” es responsable de que hayan muerto y sigan muriendo cientos de miles de seres humanos en esas naciones discriminadas.
El 12 de octubre el Consorcio de Periodismo de Investigación publicó un estudio sobre la vacunación en el mundo que no ha merecido igual divulgación que el de “Pandora Papers”, aunque de contenido más impactante por la deshumanización que demuestra prevalece en naciones ricas que alardean de “humanidad” y “derechos humanos”.
Tras 10 meses inoculando las naciones “avanzadas”, aplican dosis de refuerzos pero en el mundo de pobres 98% no han recibido todavía los antídotos necesarios. El mecanismo COVAX creado con “bombos y platillos” para distribuir equitativamente antígenos es descrito como “ingenuamente ambicioso” habiendo suministrado solo 5% de las vacunas disponibles, lejos de los 2 mil millones que pretendía distribuir en 2021, lo que impide vacunar al 20% propuesto en 92 países de menos ingresos. Para el 24 de septiembre los ricos habían ofrecido 785 millones de dosis pero, según Johns Hopkins, solo había llegado un 18%. EEUU ofreció 200 millones pero incumplió porque apareció la necesidad del “refuerzo”.
Las naciones ricas, como alarde de prestigio y poder, adquirieron y almacenaron suficientes dosis para atender varias veces su población real. Mientras, casi mil millones de vacunas chinas han llegado a unos 100 países.
Recientemente Biden le espetó a las redes sociales, por difundir campañas contra las vacunas, que “Estáis matando gente”. Cierto, impedir la vacunación, sea por campañas o por bloqueo, significa “matar gente”. Recordémoslo de nuevo: tanto ha salvado vidas la “diplomacia de las vacunas” como las mata el “nacionalismo” irracional de las mismas.