Diseño y reciclaje se mezclan en un nuevo concepto de moda urbana bajo el nombre de Vaho. Toldos, banderolas, calzoncillos, carros de la compra y bidones de aceite, todo sirve para ser reconvertido a mano en productos rompedores y exclusivos, dirigidos a un público dispuesto a ser diferente y creativo.

Sus ideólogos, dos jóvenes diseñadores industriales, aseguran que sus creaciones, como el Vaho, «crecen y se expanden en todas las direcciones».

La ciudad de Barcelona (España) vuelve a convertirse en la sede escogida por una firma de diseño con gran proyección de futuro para abrir su primera tienda oficial. Esta vez es el turno de Vaho, una firma de bolsos, bolsas, complementos y objetos para el hogar creada por dos jóvenes diseñadores industriales, Patricio Andreu y Luca Leonardi, hace ahora cinco años.

Una vez licenciados, Andreu y Leonardi, junto con varios compañeros, artistas y diseñadores, se unieron en torno a un proyecto que buscaba una nueva mirada sobre el mundo del diseño que, ante todo, se diferenciase de la cultura de masas que hoy impera.

Recuperar lo imposible

Finalmente, la pareja se independizó y unió sus esfuerzos en un estudio de diseño dedicado, tal y como ellos explican, «a la investigación y posterior reutilización de materiales industriales en desuso para convertirlos en productos de moda, complementos y mobiliario».

De este modo, en el 2000 nacía Vaho como un intento de evitar que se quemen o se entierren toneladas de material que no se pueden reciclar y, a partir de ellas, crear productos de gran utilidad, fieles a los dictámenes de las últimas tendencias. Aunque, Leonardi insiste en que su firma se quiere desmarcar de la moda más común con creaciones originales y exclusivas, pues «cada modelo es único y diferente a los demás».

pasado Y futuro se fusionan

De este modo, después de buscar y buscar, se decidieron por recuperar un antiguo anticuario situado en los bajos de un edificio, protegido por su interés arquitectónico, datado del siglo XVIII. Así, Vaho fusiona en un mismo espacio de 65 metros cuadrados lo mejor de la herencia histórica de la ciudad condal, como sus vigas y arcos escarzanos, con la exclusividad de las formas minimalistas en riguroso blanco y negro, y la innovación de sus diseños.

En su recién inaugurado espacio, «el cliente encontrará continuamente todos los modelos de nuestras colecciones, productos exclusivos y de serie limitada, mobiliario expuesto (como la silla-carro de la compra) adquirible bajo encargo y todas las novedades que salgan de nuestro taller», explica la pareja.

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Los diseñadores Luca y Patricio.