Valiosa colección de los merengues de “La Era”

Valiosa colección de los merengues de “La Era”

POR ÁNGELA PEÑA
Es, probablemente, el único juego de esa colección que queda en el país. Según informes, el dictador Trujillo encargó al maestro Luis Rivera recopilar toda la música escrita en su honor y el notable compositor pasó largos años en esa labor que dio como fruto cinco tomos bajo el título “Antología de la Música de la Era de Trujillo: 1930-1960”

Se publicaron poco antes de que ajusticiaran al llamado “Jefe” y dicen que como ahí figuran los nombres de casi todos glorias de ese arte en la República Dominicana, don Luis mandó a quemar su obra y sólo se salvaron del fuego dos colecciones. Una de ellas la tenía Ángel Miolán y la donó a los Archivos Nacionales de Música el 16 de octubre de 1981.

Esa joya fue arrojada también a la basura junto a otros valiosos documentos que pertenecieron al desaparecido organismo. Un joven los recogió y conservó durante más de un año, pero al enterarse del revuelo que ha causado la desacertada medida, salió en busca del ex director para entregarlos. No lo encontró y dejó el material en manos de Catalino Frías, quien le aseguró conocerlo. Frías buscó infructuosamente al señor Julio César Paulino y conocedor del escándalo de los documentos botados optó por llamar a HOY para devolver tan preciado, escaso, limitado y original acervo.

“Él me encomendó cuidarlos porque son libros muy importantes. Yo he  leído en el periódico todos los problemas que había y  quise salir de ellos. No sé quien es el joven pero por la forma parece estudioso. Dijo que los encontró tirados en el patio del Conservatorio. A mí no me interesan, son libros para la historia, no voy a hacer nada con eso. Ahora, yo lo que creo es que son cosas que no se deben botar, eso tiene mucho valor”, manifestó Frías.

Trescientos merengues
Cada tomo tiene una foto nítida de Trujillo, “cuyas glorias cantan tanto los compositores cultos como los populares desde 1930, año en que se inició la Gloriosa Era que lleva su nombre. Condensación de estas inspiraciones del alma del pueblo es la presente Antología, en cuyas páginas se recibe sentido tributo de devoción al Generalísimo al cumplirse tres décadas de su portentosa obra de gobierno”, se lee al pie.

Luis Rivera González, para la fecha Director del Coro Nacional y de la Banda de Música de la Policía y a la vez uno de los compositores más notables de la República, es elogiado por la Secretaría de Estado de Educación y Bellas Artes, que auspicia la colección, perfectamente encuadernada y claramente legible, por haberse dedicado a coleccionar, seleccionar y arreglar para piano “toda la música compuesta en honor del Ilustre Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva”.

Después de breves orientaciones sobre la música típica, el primer tomo incluye: Merengue del soldado, por Julio Alberto Hernández; Trujillo Presidente, por Luis F. Alberti; Recorrido militar, por José D. Cerón; Gloria al Benefactor, por Julio Alberto Hernández; San Rafael, por Luis Alberti; Trujillo nada más, por Rafael Ignacio; La Reelección, El Trabucazo y otros por Toño Abreu; El Presidente Trujillo, por Rafael Petitón G.; El Gran Trujillo, por Ramón Pérez Gómez; A los trujillistas, por Sergio de la Mota; Trujillo, por Pedro Néstor Pérez; Regresó Trujillo, por Goyo Rivas; Las Mercedes, por Radhamés Reyes Alfau. Este merengue para nada exalta a la Virgen. Dice: “El día de las Mercedes es un día venturoso/ se paga la deuda externa y ha quedado el día glorioso/ El día de las Mercedes es un día de placer/ todos toman, todos bailan, hasta bien amanecer/ ¡Qué viva Trujillo en toda ocasión/ de todos los jefes es el campeón/ Qué viva, que viva, que viva la unión/ Que viva Trujillo, que es el campeón”.

Otros merengues de ese tomo son: Llegó el Benefactor y El Centenario, por Arcadio Franco; Nueva Era, Antonio Cruz; El Embajador at-Large, Pueblo Libre, por Pedro Néstor Pérez; Canto a mi tierra, Carlos Ma. Reyes (Don); El Trujillista, Carlos Ml. Mackinney; Trujillo construye, El progreso en marcha, Sergio de la Mota; Canto a San Cristóbal, Rafael Colón; Queremos la reelección, Goyo Rivas; La Reelección, Ramón Díaz; Del 47 al 52, Pedro Néstor Pérez; Pedimos la Reelección, Antonio Cruz; Trujillo los vencerá, Ignacio M. Soto (1947); Trujillo y El Bogotazo, Bienvenido Fabián; El juramento de Trujillo, Medardo Guzmán; Los tres Enanitos (“Arévalo, Gray y Betancourt”), por Bienvenido Fabián.

Victoria en Luperón (1949) y Llegó el Embajador, por Luis Senior; Veneremos a Trujillo, por Altagracia Polanco; Con Trujillo siempre, por Apolinar Castellanos; El llanero está contento, por Elizardo Lizardo; Censo del 1950, por Antonio de Moya U.; Código Trujillo del Trabajo, por Arístides Hernández; Cordialidad, por F. Carías Lavandier; Nuestra paz, Pepo Balcarce; Entre hermanos, Ramón Pérez Gómez; La campaña Trujillo, José L. Sosa; Trujillo maestro, Leoncio St. Jean; Aguinaldo, Rolando Souffrain; Trujillo es grande e inmortal, Luis E. De León; La deuda interna, José A. Nicolás; Trujillo en Jimaní, Librado Santana; Regresa el Benefactotr, M. Emilio García y Fed. Bienvenido; El retorno de Trujillo, Fellito Parra; Doble sueldo, Eduardo Cruz Acosta; Vamos a la Feria, Alejandro Camacho García; Bodas de Plata, Chiquitín Payán; Del 20 al 55, Salvador Sturla.

El Concordato, Frank Salazar; Lema Quisqueyano, Claudio Nuesí; Trujillo y Balaguer, Antonio Cruz;  Era feliz, Ciriaco Sturla; La Epopeya, Alfonso Asenjo; Ocoa agradece a Trujillo, Carlos M. Sierra C; Los dos hermanos, Bartolo Hernández H.; Seguiremos a Trujillo, Barón C. Fournier; Trujillo el gran arquitecto, Félix López; Del 30 al 59, C. E. Stubbs. Otros merengues de este primer tomo son Najayo, El Flume, Y seguiré a caballo, Llegó..  Juan Francisco García es el autor de la introducción. Él junto a Julio Alberto Hernández, Luis Rivera, José Dolores Cerón, Rafael Ignacio, Vito Castorini, Bienvenido Bustamante, Papa Molina, hicieron las transcripciones.

Los cinco volúmenes tienen los títulos y el año de las canciones así como los autores de  transcripción y  letra.  En los siguientes tomos varían los autores de los prólogos que son José Dolores Cerón, Julio Alberto Hernández, Manuel Simó y Luis E, Mena. Se introducen nuevos compositores y temas, según la situación vivida.  Entre los compositores están María Cristina Camilo (con cinco merengues), Francis Santana, Cuto Estévez, Isidoro Flores, Bienvenido Brens, Luis Kalaf, A. Ballenilla Q., Aura Chávez de Pérez, Rafael A. Parahoy, Vicente Lara Quezada, Guillermo Lacrespeaux, Carlos Taylor, Antonio Morel, Héctor J. Díaz, Nena Aquino, Bethsaida R. De Hernández, Fermín Arias y cientos más.

Himnos y marchas
Los  otros restantes tomos contienen himnos, pasodobles y marchas, como los himnos del Partido Dominicano, letra de Ramón Emilio Jiménez y música de Ramón Díaz, del Ejército Dominicano, por José D. Cerón; Himno Trujillo de Alfabetización, letra Héctor Echavarría y música Ramón Díaz; Himno a la tierra; Legionarias, por Estela M. Rodríguez de la Cruz; Himno fronterizo, letra Horacio Ortiz Álvarez y música Manuel de León; Himno de los ayuntamientos, por Luis Rivera; Himno al Padre de la Patria Nueva, por Sigfrido Hussaino Germosén;  Himno a Trujillo, por Amada Nivar de Pittaluga.

También Con Trujillo, por Atala Cabral Ramírez; Nuestro Magno Paladín, por Juan Francisco García; Legión Extranjera, por Susano Polanco; La marcha de la victoria, por José de Jesús Ravelo; Trujillo, Aris Bueso; Almirante Trujillo, Bienvenido Bustamante; Trujillo, Papa Molina. Incluye además marchas, pasodobles, donde “surge la música épica, marcial y alegre” porque, según escribe Luis E. Mena, “nuestro genio no podía quedar silencioso en el cancionero político de esta Era Gloriosa. Nuestro pueblo canta las glorias épicas de Trujillo en una colección de himnos y en otra de marchas canta a su gloriosa carrera militar”.

Valses y criollas
El quinto tomo es de valses, criollas, danzas, canciones tropicales, serenatas, romanzas, danzones, ofrendas para violín y piano, intermezzo, Menuetto, tangos como Ciudad Trujillo y Patria mía, de Ángel Bussi y Horacio Gómez, respectivamente, boleros, milongas, mangulinas, sarambos, sarandunga, escritos por los más eximios músicos dominicanos, aunque figuran danzas internacionales. “El músico dominicano antes de 1930, que es el año en que aparece en el escenario de la política la recta y determinante figura de Trujillo, tuvo que limitarse casi exclusivamente a las danzas que podían tocarse en los salones… pero precisamente con Trujillo las formas nacionales populares: el merengue, la mangulina y el carabiné abandonan por fin la “enramada”, las fiestas de los campesinos e inician su marcha y entrada en la ciudad”, escribe Manuel Simó en la introducción.

Agrega: “Unos años más y mucho de lo que aquí se reúne se hubiera perdido, para los que escribieron las obras y para el arte dominicano. Y hubiera sido una pérdida irreparable, un documento escamoteado por la desidia y el olvido”.

Eso era lo que iba a ocurrir, justamente, si no se descubre, aunque tarde, este valioso patrimonio que la indolencia o la ignorancia tiraron por el suelo.

Otros documentos
El señor Frías entregó además fotos y recortes de periódicos que pertenecieron a los Archivos Nacionales de Música y el libro Cantemos, “Segundo cancionero para la Escuela Primaria”, coordinado por la profesora Leila Pérez de Valenzuela. También fueron encontrados en zafacones, según quien los devolvió.

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