El estrés es uno de los problemas emocionales que más golpean a las personas hoy día. Es tensión producida por respuesta inmediata a una prueba, una enfermedad, una amenaza o alguna frustración.

Se trata de un mal que va cada vez más en aumento.

La sociedad en que vivimos envuelve a las personas en un afán desbocado por sobrevivir y por conseguir y exhibir cosas. El que nada tiene desea cambiar urgentemente de condición y el que tiene desea alcanzar más.

También existe la preocupación por no perder lo que se tiene. ¿Cómo combatirlo?

Los grandes líderes espirituales han descubierto y enseñado una forma muy práctica y eficaz de combatir este mal letal y peligroso.

Se trata de lo que ellos han calificado como retiro espiritual, meditación o conexión con el ser.

Jesús mantenía una vida diaria muy activa caminando, predicando, sanando y enseñando a sus seguidores. Sin embargo, de vez en cuando se perdía de tal forma que nadie sabía dónde encontrarlo.  Los evangelios dicen que pasaba noches enteras en oración. Mateo dice que, en una ocasión, duró 40 días con sus noches en retiro con el Padre sin comer nada en un desierto.

El apóstol Pablo hizo lo mismo. Y en el Antiguo Testamento vemos que Moisés y otros profetas usaron esta práctica.

El afamado autor moderno Eckhart Tolle habla a sus lectores de cómo llegó un momento en su vida en que tiró todo a un lado para encontrarse así mismo.

Pasaba días sentados en bosques, parques y en plena tranquilidad sin agendas, reuniones ni nada.

Para llegar a este punto, decidió no importarle en la vida la fama, el dinero, el lujo ni nada.

Pero afirma que fueron los momentos más felices de toda su vida.