Vallas de oro

Vallas de oro

Guido Gómez Mazara

Alberto (Gringo) Torres abrió la senda en 1964, hacer 10.9 segundos y llegar en sexto lugar trazó el esfuerzo de un país, colocado en el mismo trayecto del sol, seducido por nuestros excelsos peloteros quienes se imponían en medio de una sociedad estadounidense caracterizada por la segregación. Aquí no podíamos imaginar la potencialidad del deporte más allá del guante y el baloncesto.

Con el paso del tiempo entendimos que Juan Núñez, Marisela Peralta, Gerardo Correa servirían de base para el desarrollo de Félix Sánchez y Luguelín Santos y nos dimos cuenta del enorme potencial del atletismo. Hoy nos alegramos cuando Marileidy Paulino hizo de Tokio el escenario de engrandecimiento de la dominicanidad.

Transcurrida la emoción, la indispensable reflexión nos obliga a rescatar ese sentido de heroicidad borrado por el ritmo de una sociedad que nos impone parámetros invertidos a millas del esfuerzo y abnegación. Casi todos nacen y se desarrollan en franjas marginales en las que el sacrificio es su hábitat. Irónicamente, en las batallas por sobrevivir, el deportista sabe que su éxito es garantía de movilidad económica de los suyos y fuente de una legitimidad patrimonial, fuera de discusión y con certificado de transparencia.

Primero el béisbol, luego el baloncesto y ahora con pesas y atletismo, la rentabilidad parece llegar. Es justo reconocer el sentido de cenicienta en la asignación de recursos que recibe el Ministerio de Deportes. Esta institución produce resultados altamente satisfactorios en el marco de limitaciones insospechadas; estadios destartalados, canchas no aptas y pistas donde la voluntad del todopoderoso prepara jóvenes para competencias internacionales. 

 Cuando el talento de los hermanos Rojas Alou se imponía, los bates dormían en las camas de miles que soñaban igualarlos.

Luego la comunidad de Haina alcanzaba dimensión internacional y años después, las canchas europeas sentían los lances de tres y las habilidades de Antonio (Chicho) Sibilio.

El inagotable Bartolo Colón parece quebrar el sentido del retiro, en Puerto Plata la emoción no cesa al enterarse de que Chris Duarte, “otro de los suyos” vestirá la franela de Indiana Pacers en la NBA. Macorís del Mar amplió a su repertorio de destrezas poéticas, la hazaña de producir la mayor cantidad de peloteros: Carty, Bell, Andújar, Griffin, Guerrero, Sosa, Tatis Jr.

En la mayoría de los casos, el espectacular afiche golpeando la pelota, tomando el rebote o cruzando la meta, es la afirmación de que sí se puede y la gloria al obtener las vallas de oro hace olvidar las penurias padecidas durante el trayecto de toda la vida.  ¡Héroes y heroínas!

Casi todos nacen y se desarrollan en franjas marginales en las que el sacrificio es su hábitat

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