Valle nuevo despoblado y restaurado

Valle nuevo despoblado y restaurado

Ubi Rivas.

Insistir en la despoblación y restauración plena de Valle Nuevo no es una necedad sino una imperiosa providencia estatal para devolver al entorno Madre de las Aguas, la plenitud de su tesoro hídrico, restaurar la totalidad de su clave ecosistema y honrar la normativa de Parque Nacional Juan Bautista Pérez Rancier que lo delimita.
En esos apelativos ecológicos de enorme trascendencia para la conservación y multiplicación de su red hídrica, las manos frías y temblorosas, los arreglos por encima de la resolución de Medio Ambiente 14-16 y los favoritismos a magnates que depredan y tienen lujosas cabañas en Valle Nuevo, no debe caber ninguna excepción ni complacencia, porque de haberlo, entonces desvirtúa el propósito del presidente Danilo Medina de preservar a Valle Nuevo en el declarado Año Agroforestal, y toda la legislación que propicia su conservación.
Empero, la decisión de MA de permitir construcción de cabañas en Valle Nuevo, riñe con la aspiración presidencial de preservar el entorno y devolverlo a su primitiva naturaleza casi virgen, y contradice el espíritu conservacionista que guió al presidente Joaquín Balaguer, Padre de la Ecología Dominicana, disponer derribar la cabaña que construyó allí el magnate Eduardo León Asensio en 1994.
Valle Nuevo debe erigirse en un referente de la política conservacionista del presidente Medina, que se extenderá en marzo venidero a Los Haitises y la Sierra de Baoruco, pero con las normas de arreglo social que el presidente Leonel Fernández aplicó en el caso de Los Haitises, donde los ocupantes fueron trasladados a asentamientos agrícolas, no abandonarlos ni desampararlos a su suerte.
El trabajo social de Los Haitises no se planeó previo a los desalojos de Valle Nuevo, pero aún hay tiempo para enmendar ese bache estratégico, y aplicarlos en Baoruco y Los Haitises-

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